“El filo era seductor, y además solamente iba a ser un segundo. Ella siempre supo que, por amor, se está dispuesto a cualquier cosa. Si me quedo viva un segundo más, estoy perdida para siempre. Y Pedro, sin vida, bajo tierra, nunca va a poder terminar su canción”.
Malena y Pedro son los protagonistas de “Esta sangre mía”, la ópera prima de Marina Torresi. En ella, el terror de antaño convive con un lenguaje coloquial y moderno. Situada en barrios, en plazas, en bares y en habitaciones, lo macabro dialoga con el erotismo y los hastíos del mundo de las responsabilidades obligadas.
Revista Cordón charló con la autora, nacida y criada en el Conurbano bonaerense, sobre la importancia de la lectura y escritura en jóvenes, su inspiración en el terror nacional e internacional, y de lo que se hereda (y no se roba).
– ¿Cómo surgió la idea de escribir una novela en un momento donde la atención es más efímera, donde sobrevuela la idea de que «la gente no lee»?
– Para mí la gente sí lee. Yo me subo al tren y al subte y sí veo personas leyendo, ya sea una novela, un libro de cuentos, un cómic, un manga, una novela gráfica. Hay un montón de formatos, gente que lee en el celular en PDF, o en un kindle. Hay muchas historias y opciones y justamente por eso nunca le tuve miedo a eso, yo dije ‘si escribo una buena historia, la gente la va a querer leer’; si no, es un prejuicio que limita. Yo creo que todas las personas tenemos la capacidad, también el deseo de imaginar o de conectarnos con una historia, la literatura es una de todas las maneras que hay.
–¿Cómo fue el proceso creativo? ¿Qué o quiénes te inspiran a escribir esta historia?
-Yo miro muchas películas. Me gusta mucho el terror y durante muchos años de mi vida me obsesioné con eso. Con Darío Argento y con Gaspar Noé, que cuenta también historias muy crudas. Ahora aparecieron un montón de películas como la trilogía de ‘Pearl’, de Ti West, ‘Raw’ de Julia Ducournau o ‘Last night in soho’ de Edgar Wright, que tienen protagonistas femeninas muy atravesadas por lo que les pasa. El deseo vinculado con la sangre, la pasión, la ira, todo eso es lo que a mí me interesaba explorar en la novela. Me nutrí de mucho material audiovisual de mujeres que sienten fuerte, que gritan, que se manchan las manos. Y bueno como siempre en literatura los clásicos del terror que son la base de todo, Stephen King, (Carrie, más que nada) para entender el género, y autores contemporáneos argentinos (Mariana Enríquez, Luciano Lamberti) que me parece que tienen un abordaje del género terror muy interesante y adaptado a la actualidad, incluso a lo cotidiano. En general me parece importante recolectar mucho material para poder abrir el imaginario y construir, tener con qué.
-El amor, la familia, la salud mental son temas protagonistas de tu novela. ¿Cómo crees que los piensan y los atraviesan los jóvenes de tu generación?
– Yo lo que veo es un contexto social desesperanzador, o desconcertante. Y de alguna manera quizás eso sea lo que esté resultando en un desborde de emociones en la juventud, como si no supiéramos qué hacer o dónde poner todo esto que nos pasa. Eso se refleja en el amor, en la amistad, en los vínculos con la familia, en todo. Yo siento como si hubiera una necesidad de inmediatez, de dopamina y placer inmediato porque no sabemos qué va a pasar después o dónde vamos a estar mañana, y es difícil encontrarle estabilidad o equilibrio a eso. A la vez me parece que esta generación tiene mucha sensibilidad, siente muy fuerte, muy a flor de piel las cosas, y se permite mucho explorar estas sensaciones, está más habilitado. Creo que hay una necesidad muy grande de vivir y sentirlo todo, a la protagonista, Malena, le pasa eso.
– ¿Qué mensaje o sensación esperas que el/la lector/a se lleve al terminar el libro?
– Que somos retazos, pedacitos de todas las personas que vinieron antes, somos nuestra sangre y, en este caso, las mujeres de nuestra vida son parte de lo que compone nuestra historia y nuestra forma de pensar y vivir hoy. Y por eso justamente, tenerse paciencia también a uno mismo. Poder pensarnos, ¿qué tengo de mí mamá, que tengo de mi abuela? Lo importante de conocer nuestra historia para así poder entender lo que nos pasa, con que cargamos y cómo llevarnos mejor con nosotros mismos.
-¿Estás trabajando en un nuevo proyecto?
-Escribo, y tengo ideas, me gustaría tener otro proyecto más adelante, pero por ahora estoy muy enfocada en esta novela. La promociono, hago entregas personalmente en algunos casos, todo eso lleva bastante tiempo así que por ahora estoy con esto.
-¿Qué libro estás leyendo actualmente?
-Los últimos dos fueron Agosto, de Romina Paula, que me encantó y me hizo lagrimear, y La sed, de Marina Yuszczuk, un librazo de temática vampírica fascinante. Dos mujeres escritoras que sigo hace mucho y me encantan.
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