Silvina Batakis, La Griega. La dirigente de sólida experiencia académica y vínculos con el territorio que reemplazó al ministro de Economía que renunció por Twitter. Desafíos en una etapa de crisis que, para ahora, parece no tener fin.

Por Pablo Lapuente*

 

Después de más de 24 horas de frenéticas negociaciones en el Frente de Todos, y numerosas especulaciones sobre una reconfiguración integral del gabinete de Alberto Fernández que nunca llegó, este domingo por la noche Silvina Batakis fue designada como nueva ministra de Economía de la Nación. En medio de una fuerte crisis económica, promocionada por la inflación récord, la suba del dólar ilegal y la encerrona del pago de la deuda astronómica con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que dejó Mauricio Macri en 2019, se espera de ella una preocupación mayor de la economía familiar, y de quienes la encumbraron en el cargo, un respaldo sin fisuras a la estrategia que implementará en la etapa que viene.

A diferencia de su antecesor, Batakis supo amalgamar en sus 53 años de vida las tres variables que se le suelen pedir a funcionarias o funcionarios públicos en esta área: una sólida formación académica, una vasta experiencia que le haga conocer de entrada, al menos, los botones principales del tablero económico, y una férrea militancia política para defender el modelo que llevan adelante.

Papeles no le faltan, desde títulos de grados, hasta especializaciones y doctorados. Tiene una licenciatura en Economía en la Universidad Nacional de La Plata, un posgrado en Ambiente, Economía y Sociedad en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, un magíster en Economía ambiental en la Universidad de York, Inglaterra, y hasta un reciente doctorado en Desarrollo Económico en la Universidad Nacional de Quilmes.

También recibió la beca Chevining 2001, otorgada por Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido, la beca para Estudios Superiores del Consejo Federal de Inversiones, la beca para Estudios de Postgrado de la Organización de los Estados Americanos para estudios en Chile; y la Mención especial en 30º Jornadas Finanzas Pública Universidad Nacional de Córdoba, entre otros. Además, es autora de varios libros y docente de la Universidad Nacional Arturo Jauretche, ubicada en pleno corazón del conurbano sur.

En lo laboral se anota haber controlado los números de la última gestión bonaerense de Daniel Scioli y, durante la administración de Mauricio Macri, haber sido asesora del Municipio de Florencio Varela, a instancias del último mandato que tuvo el conductor político de ese distrito, el diputado nacional Julio Pereyra. Hasta ayer por la tarde, estaba en la secretaría de provincias del Ministerio del Interior que comanda Eduardo De Pedro.

Fue ungida en el cargo por el presidente, pero con el respaldo explícito de su vicepresidenta, Cristina Fernández, y el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa, lo que le otorga algo que pocos funcionarios del Frente de Todos tuvieron: un apoyo vertical de los líderes del espacio que hoy se pelean entre sí por ver quién conduce la estrategia económica, y un volumen político que Guzmán sólo tuvo en el inicio de su gestión. Además, los gobernadores dan muestra de estima hacia ella, los intendentes destacan su capacidad de diálogo, y los dirigentes territoriales remarcan su permanencia en las calles de tierra de la provincia que comenzó a caminar a principios de la década de 1990.

“Llega con un fuerte consenso interno”, aseguró este lunes el titular del bloque del Frente de Todos en la Cámara baja, Javier Martínez, y sostuvo que eso “le va a permitir al gobierno avanzar con tres frentes: sostener la actividad y profundizar el crecimiento de la economía, generar puestos de trabajo, y trabajar fuertemente en la recuperación de los ingresos de los argentinos”.

El jefe de Gabinete de la provincia, Martín Insaurralde, consideró que “la designación de Batakis como ministra de Economía de la Nación es una gran noticia para el país y la Provincia”. Además, subrayó que “tiene el conocimiento y la capacidad para este desafío y contará con el trabajo de todos los que queremos mejorar la vida de las y los argentinos”.

Asimismo, la militancia kirchnerista la recuerda entre las pocas personas que asomaron en la resistencia al macrismo, con banderas por la liberación de Milagro Sala, o por haber sumado a las denuncias de persecución contra Cristina desde Comodoro Py. Aun así, tiene sus coincidencias y disidencias con la vicepresidenta. Por un lado, respaldó el acuerdo que logró Guzmán con el organismo de crédito internacional, pero también mostró apoyo directo a la política de retenciones. “Seguramente la implementación de esta retención tiene más que ver con objetivos de redistribución de los recursos, de estímulo para la buena utilización de las tierras, que terminan agotándose por el monocultivo de soja, y también con que el Estado nacional no tenga que salir a comprar dólares, que son escasos, para cuando eventualmente tenga que salir a hacer pagos de su propia deuda no tenga que erogar pesos”, analizó en entrevista con Página 12, a instancias de la decisión de Fernández de aumentar dos puntos las retenciones de harina y aceite de soja el año pasado, para llevarlas al 33 por ciento.

En lo económico tendrá el enorme desafío de resolver la caída de los salarios de trabajadores y trabajadoras, hundidos en el cuarto subsuelo de una economía enclenque, y recaudar los dólares que se necesitan para pagar los vencimientos de la deuda con el FMI con un ajuste lo menos doloroso posible para las mayorías populares. También deberá batallar con un fantasma que deambula desde hace semanas: la posibilidad de un estallido social en el conurbano, reconocido incluso por el propio gobernador Axel Kicillof, y las presiones de una devaluación del peso de al menos el 40 por ciento, un panorama que ya comenzó a apretar con la corrida de miles de ahorristas hacia la moneda norteamericana, que llegó a su récord de 260 pesos para la venta, al cierre de esta edición.

En lo político deberá tener la cintura necesaria para sortear los obstáculos que le impondrá la interna a cielo abierto del peronismo del que es parte, y que se llevó puesto a Guzmán, y lidiar contra los pedidos crecientes de la oposición. El intendente de Lanús, Néstor Grindetti, dijo que el conurbano «no estalla» por la contención que brindan desde los municipios oficialistas y opositores, y le pidió una reunión amplia con todos los sectores. La cúpula de la Confederación General del Trabajo prevé una jornada en la sede de UPCN para analizar el escenario económico y político tras su llegada, y preparar desde ahí una batería de reclamos y un pedido formal de audiencia con la flamante funcionaria.


*Pablo Lapuente es redactor acreditado en la Legislatura de la provincia Buenos Aires. Licenciado en Periodismo (UNLZ), productor en radio y televisión. Trabajó en medios de comunicación bonaerenses y nacionales.