El escritor matancero vuelve al ruedo con Sol rojo, su primer poemario en el que nos sumerge en historias protagonizadas por una reversión conurbana, pero también universal, del elenco del homónimo y mítico western de los ‘70. En esta entrevista con Cordón, el autor de las novelas Chamamé, Kryptonita y Ultra/Tumba adelanta su nueva obra, comparte su proceso creativo en la pandemia, y habla del estado particular de la cultura nacional y del país en general. 

 

Ultra/Tumba, tu último libro, salió a inicios de la pandemia, ¿cómo fue el proceso creativo y de escritura en estos años, con todos los cambios que experimentamos como personas y como sociedad?

Todo el 2020 y casi por entero el 2021 me dediqué a estudiar y escribir poesía con Oscar Fariña, a quien admiro profundamente y con quien tengo una linda amistad. Pero sobre todo, la confianza para poder laburar en un terreno que era nuevo para mí. Volver al ruedo después de esos años y con la situación económica desmoronándose, fue un tema, sobre todo lograr abstraerse lo necesario para ponerse a escribir. Pude en cuentagotas. Y cada vez que apareció la escritura, fui inmensamente feliz. Por suerte, lo que siempre acompañó, pase lo que pase y en las buenas y en las malas, fue la lectura.

 

¿Cómo surgió la idea de un libro de poemas? ¿Por qué elegiste este nombre?

Durante la pandemia escribí un largo poema, una especie de tesis en la que expongo que el actor Charles Bronson era paraguayo. Estábamos en las fases más duras del COVID y para dejar de pensar en el encierro, además de leer y escribir, me puse a hacer cosas en las que nunca había incursionado. Algo de collage. Y también fanzines. Este largo poema, al que titulé Mr. Majestyk, lo publiqué en un fanzine con un sello que creé para la ocasión: Nuevo Achával Poesía&Zine; en honor a una desaparecida sala cinematográfica en donde sabía hacerme la rata sistemáticamente de pibe. Hice 150 ejemplares. Se vendieron todos. Quise arrancar de abajo. Diego Rosake, el editor de Hemisferio Derecho (editorial con la que publica este nuevo libro), me propuso publicarlo. Preferí que Mr. Majestyk quedara en ese formato y en esa tirada. Entonces como ya tenía un poema que se llama Delón -escrito a pedido para Flavia Pittella- se me ocurrió hacer otros dos en los que mencionara/aparecieran Ursula Andress y Toshiro Mifune porque los cuatro actores en su momento protagonizaron un western que se llama Sol rojo. De ahí el nombre del poemario.

 

¿Hay temática conurbana como en tus otros libros?

Sí. Sobre todo en Mr Majestyk y En la Tokio, que ya desde el título nos está ubicando en la mítica pizzería de Morón. Pero más allá del mapa, imágenes y sensaciones que pueden ser bien de nosotros, bien del Oeste, eso se corre del territorio y son universales. Ursula Andress en África Express es de iniciación, Majestyk sobre la primera vez que se te rompe el corazón, Tokio sobre la soledad aun estando con alguien, y Delón sobre enamorarse de otra persona.

¿Qué pensás de la situación actual de la cultura y del arte en nuestro país?

El cambio de gobierno es devastador. En todas las áreas. Y más para el pueblo. Desastres terribles en Salud y en Educación. Más el hecho de demonizar a la cultura nacional; empezando con nuestro cine y de ahí repartiendo metralla para las diferentes artes. De un Estado que supo visibilizar, cuidar y generar nuestra cultura, pasamos a este otro actual, que la amenaza y la erige como la suma de todos los males. Un gobierno que, con falacias de todo tipo, desvía la atención de los verdaderos focos de preocupación, instala conceptos y responsabilidades erróneas en un sector al que la gente, ante su desesperación, empieza a culpar y a odiar descargando su descontento. A eso se suma la inmediatez de las redes sociales, el opinar por opinar y la falta de solidaridad y de empatía de parte de quienes más tienen. Será tiempo de resistir. Una vez más. Seguir laburando, como sea. Algo de lo que sabe, y mucho, nuestro sector.

 

Adelanto de Sol rojo, el libro de poemas que acaba de lanzar Oyola con Hemisferio Derecho Ediciones:

 

En la Tokio

Porción de anchoa

porrón de Quilmes

cenar de madrugada

 

Mirada de río rojo

mirada de risa

y llanto

 

mutilada

la mirada

 

Quema el sueldo en el bolsillo

para la cuenta y el mozo

alcanza y sobra y arrima

para una caricia de piernas

 

a esperar

a seguir con la de un litro

 

en el ascenso

a Eros

enloquece la escalera

 

Pintó un pedo triste

samurái de Kurosawa

katana hambre y sed

katana hambre y sed

Toshiro Mifune siempre haciendo cagadas