El ministro de Economía, Luis Caputo, se convirtió en las últimas semanas en el relator de las buenas noticias. Pero comienzan a emerger las voces que advierten sobre los efectos de la motosierra, licuadora y apertura importadora.
Por Gabriela Granata*
“Los precios suben más que la inflación”. La frase, tomada de un focus group realizado en junio, revela un cambio en la percepción sobre la economía doméstica. El Indec informa que la inflación se desacelera, pero los bolsillos se vacían cada vez más rápido.
El ministro de Economía, Luis Caputo, viene funcionando en las últimas semanas como el promotor del camino venturoso que se promete a individuos y empresas. Junio fue temporada alta de congresos sectoriales, y allí llevó su optimismo. “Tenemos confianza absoluta en que este es el camino. En el futuro se va a hablar no de países creciendo a tasas chinas, sino creciendo a tasas argentinas. Argentina va a ser la estrella de Occidente en los próximos años”, planteó durante su exposición en la Escuela de Negocios de la Universidad Austral.
Orden fiscal, apertura económica, reducción de impuestos, dólar más o menos estacionado: son los pilares que el Gobierno Nacional defiende y que los empresarios destacan para explicar el silencioso respaldo a la gestión de Javier Milei. Les gusta lo que hace -sobre todo la eliminación de burocracia- pero no les agradan mucho sus “formas”. Como en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, pero mirando para otro lado.
En una de las últimas fechas de su gira por estos congresos, Caputo asistió a la exposición de pymes en La Rural. Llamó la atención la escasez de aplausos, tal vez concordante con la escasez de anuncios para el sector. Ni una palabra de amor económico.
Las cuentas
Cuarenta años atrás, el sociólogo italiano Mauro Wolf describía esa coexistencia entre la percepción individual y el discurso construido a través de los mensajes públicos: “Nuestra experiencia de la sociedad hace que vivamos contemporáneamente en mundos diferentes: en el microcosmos de nuestra experiencia directa respecto de los demás y con los demás, y en un macrocosmos compuesto de estructuras mucho más amplias, en el que las relaciones con los demás son casi todas abstractas, anónimas, alejadas”.
La comunicación digital aún no había explotado, pero si el medio es el mensaje, la rapidez y virulencia con la que hoy se consume la información puede añadir elementos para explicar la disociación entre el discurso global y la realidad local.
Es allí donde cobra relevancia la idea de que “los precios suben más que la inflación”. Desde diciembre de 2023 hasta mediados de 2025, la inflación general acumuló cerca del 150%, pero las tarifas de servicios básicos -como electricidad, gas y agua- aumentaron hasta un 500%.
En junio, un hogar promedio del AMBA sin subsidios necesitó $183.496 para cubrir sus necesidades energéticas, de transporte y de agua potable. Este gasto creció 10,2% respecto al mes anterior y es 38% superior al de junio de 2024. El dato lo proporciona el Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP (UBA-CONICET).
Vayamos ahora al “microcosmos”. Un informe del Instituto de Desafíos Urbanos, difundido en el newsletter de Cenital, señala que “en el tercer trimestre de 2024, los trabajadores jóvenes con empleo formal debieron destinar el 52% de su salario al alquiler de un monoambiente en la Ciudad de Buenos Aires”. El índice de alquiler se incrementó. El índice de transporte también.
Las encuestas, aunque ofrecen una fotografía segmentada, pueden arrojar pistas valiosas cuando se comparan con series anteriores realizadas por la misma consultora y dentro del mismo universo.
En junio, por ejemplo, un trabajo de las consultoras La Sastrería, de Raúl Timerman, y Trespuntozero, de Shila Vilker, midió que el 43% de la población cree que la situación económica del país es «muy mala», y otro 18% la considera «mala». Entre ambas suman el 61%. En ese mismo trabajo, solo el 28% considera que está mejor que hace un año atrás y el resto señala que está peor en forma mayoritaria (52%), o igual que el año pasado. Esa ambigüedad es consistente con lo que se denomina «la economía a dos velocidades» o el «consumo a dos velocidades», que refleja la recuperación de consumo en ciertos sectores de mayores ingresos, mientras que otros siguen en retroceso.
Economía electoral
La pregunta es si esa posición respecto de empeoramiento de la situación económica tiene un correlato electoral y por supuesto, no hay relación directa. Por ejemplo, en 1995 el entonces presidente Carlos Menem consiguió la reelección cuando existía un 18% de desocupación en el país y las políticas de acompañamiento social estaban menos extendidas.
El presidente Milei sostuvo y sostiene que no va a dejar “en banda” a quienes menos tienen. De hecho, las partidas vinculadas con planes sociales o cobertura alimentaria -como la Tarjeta Alimentar o la Asignación Universal por Hijo (AUH)- fueron de las que más aumentaron. En un trabajo que publicó Chequeado.com, se consigna que a julio de 2025 el monto de la AUH, de $111.141, se ubica con un 103% de aumento real respecto de noviembre de 2023.
Pero si la idea de que “los precios suben más que la inflación” puede tener un anclaje es porque otros datos alimentan el “microcosmos” del consumo. Un relevamiento reciente del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE) indica que el 91% de las familias mantiene algún tipo de deuda activa, ya sea con entidades bancarias, prestamistas informales, tarjetas de crédito o comercios barriales.
Lo más preocupante es que el 73% de esas obligaciones se contrajo durante 2024, y otro 15% en lo que va de 2025, lo que muestra que el endeudamiento no responde a arrastres del pasado, sino que es una respuesta directa a las dificultades actuales para afrontar el consumo cotidiano. La deuda incluso alcanza a las necesidades más básicas: entre quienes recurren a la tarjeta de crédito, el 58% la utilizó para comprar alimentos, seguido por indumentaria (15%) y combustible (11%).
Las provincias también juegan
En ese escenario, el Gobierno Nacional y el propio presidente Javier Milei mantienen la centralidad en el debate político. Se empañó en las últimas semanas tras la condena a la ex presidenta Cristina Kirchner, que provocó un nuevo parteaguas y un crecimiento de la imagen de la ex mandataria.
La potencia de la figura de Cristina -además presidenta del Partido Justicialista- y los resultados de las dos últimas elecciones provinciales, cambiaron un poco la dirección. En Formosa, el peronismo volvió a arrasar y en Santa Fe, el gobernador radical Maximiliano Pullaro tuvo un claro triunfo, excepto en una ciudad que es vidriera nacional, Rosario, donde se consolidó la figura emergente de Juan Monteverde, referente del peronismo que ya había dado que hablar en abril en las constituyentes.
Sin La Libertad Avanza en posición dominante y con las elecciones nacionales acechando, los gobernadores cambiaron también de juego, e incluso quienes habían respaldado al gobierno libertario en el primer año sin dudar, tomaron distancia. La reciente foto de todos los representantes federales reclamando mayor coparticipación y cambios en el reparto de fondos a las provincias es un síntoma.
Faltan poco menos de cuatro meses para las elecciones legislativas nacionales. Poco, si se piensa en construir un liderazgo alternativo inmediato. Suficiente, si se piensa en moldear una estructura política, partidaria y programática para disputar ya no una elección o dos, sino una propuesta inclusiva para las próximas décadas.
*Gabriela Granata es Licenciada en Periodismo de la Universidad de Lomas de Zamora y cursa una Maestría en Comunicación Digital e Interactiva en la Universidad de Rosario. Es docente de las materias de Taller de Redacción Periodística (UNLZ) y de Periodismo Político, Introducción al Periodismo y Prácticas profesionales en las Universidades Católica Argentina (UCA) y de Belgrano (UB). Realizó cursos de posgrado en Comunicación Política en FLACSO.
Se desempeñó como redactora y editora en agencias de noticias NA y Télam, en el diario Crítica y dirigió la revista de actualidad Veintitrés. Actualmente, es la directora periodística del diario especializado en economía BAE Negocios baenegocios.com y conduce el programa de radio Números primos los viernes de 17 a 18 por AM Con Vos.
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