Un repaso por el año que compartimos en Revista Cordón, con la propuesta de siempre: relatar el Conurbano por fuera de los lugares comunes para rescatar nuestras identidades y la potencia de nuestras propias historias.

La pandemia de coronavirus atravesó todas las esferas posibles de este 2020 y nos puso en pausa, pero activó nuestras miradas sobre los múltiples modos que adquirió el aislamiento con el que nos protegimos ante esta peste desconocida.

Por eso, en Cordón nos preguntamos sobre cómo se organizaron los comedores y merenderos del Conurbano que abastecen la demanda alimentaria que ya era intensa antes de la pandemia; conocimos la batalla de primera línea de los y las trabajadoras de la salud; pero también nos detuvimos en cómo atravesó la pandemia a las áreas de Salud Mental de los hospitales al comienzo de año y ahora hacia el final; y en qué pasó con la consigna “quedate en casa” en torno a la violencia machista y los femicidios, el único delito que las calles despobladas no mostraron su correlato en un menor índice de casos.

También, pensamos en cómo atravesaron esta nueva normalidad los niños y niñas, y sus familias,  que debieron mudar las aulas –y todas sus complejidades-, a sus casas, lo que además tuvo su impacto en las universidades del Conurbano que debieron adaptarse a esta realidad virtual que se impuso.

Pero la crisis sanitaria dejó en evidencia que había otras emergencias: las tomas de tierras que crecieron durante el aislamiento, como la de Guernica, pusieron en agenda la profundidad del déficit habitacional. Y te contamos esta toma emblemática desde los feminismos pero, además, junto a los académicos en el Cordón, buceamos en el pasado y el presente de las tomas en el Gran Buenos Aires y cómo el problema de acceso a la vivienda fue y es una constante en el Conurbano.

Claro que también nos dimos cuenta de cómo nos contaron la cuarentena desde el otro lado de la General Paz para mostrarnos como ese entramado desobediente que ponía en jaque la estrategia sanitaria. Y para cerrar este año pandémico, nos subimos a un viaje directo al Conurbano, con los alemanes de Villa Celina, para repensar cómo el coronavirus cambió nuestros sentires y estares en el mundo.

Más allá de la pandemia, hubo un día de este extraño 2020 en que todo pareció entrar aún más en pausa: el 25 de noviembre, la muerte de Diego Armando Maradona, amo y señor del Conurbano, paralizó al país y le imprimió todavía más tristeza al año de la pandemia.

El escritor Juan Diego Incardona lo despidió con este texto en el que dice que “en el tiempo del reloj, un corazón se detiene y un país se convierte en el hombre de hojalata del Mago de Oz” porque “tiene sentimientos, pero ya no tiene corazón”. Y en esta crónica, el relato de cómo se vivió la muerte de Diego en Villa Fiorito, el barrio de Lomas de Zamora en el que se crió y al que llevó cómo bandera para lograr que los ojos del mundo se posaran sobre él. Para siempre.

Las múltiples caras de la violencia institucional también fueron parte de este año. El inicio del juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el Pozo de Banfield y el testimonio clave de Adriana Calvo a diez años de su muerte, los 44 años de La Noche de los Lápices y las memorias que una de sus sobrevivientes, Emilce Moler, recogió en su primer libro, y los 33 años de la Masacre de Ingeniero Budge, el emblemático caso de gatillo fácil en el que, por primera vez, todo un barrio se organizó para pelear contra la política represiva, también fueron parte de Cordón. Y, con fragmentos de una entrevista inédita, repasamos la intensidad de la historia de Francisco Madariaga Quintela, el nieto recuperado 101, ante el dolor de su muerte, en septiembre, y las huellas que el terrorismo de Estado le imprimieron a sus 43 años de vida.

Pero también analizamos qué se puso en juego en las protestas policiales de septiembre pasado que, en medio de la pandemia, pusieron en vilo al Conurbano, para reavivar los debates sobre el funcionamiento de las fuerzas de seguridad, los derechos laborales del personal y sus formas de realizar reclamos. ¿Qué fuerzas se construyen para una seguridad democrática?, nos preguntamos, como así también qué tensiones se ponen en juego entre la cultura de la prevención y el hostigamiento de las fuerzas de seguridad sobre los jóvenes de clases populares.

La cultura conurbana y la literatura que produce nuestro territorio también tuvieron su espacio. En entrevistas con escritores que saltaron del Conurbano al mundo, como Juan Diego Incardona, Claudia Piñeiro y Dolores Reyes, repensamos sobre su potencia creativa y como escenario de inspiración para las ficciones terrestres.

Y exploramos sobre otras producciones que van al rescate de la polifonía nuestro territorio y sobre la resistencia y los métodos de supervivencia ante el aislamiento de la pandemia que activaron los teatros independientes y los espacios culturales que nutren la geografía conurbana.

El 2020 fue, también, un año para la reflexión colectiva. Y, a pesar de la distancia que impuso la pandemia, inauguramos nuestros conversatorios conurbanos. Por ellos pasaron el sociólogo e investigador Matías Dewey, con quien debatimos sobre los mercados ilegales, las organizaciones criminales y las agencias estatales en el Conurbano, además de la escritora, docente y militante feminista Dolores Reyes, autora del éxito editorial “Cometierra”, para compartir miradas sobre el feminismo, las ausencias y sobre cómo es pensar y hacer literatura situada en el territorio para narrar las problemáticas que atraviesan a la población conurbana. Y cerramos este ciclo hablando de identidades conurbanas con la antropóloga y fotógrafa Josefina Nicolini, los sociólogos Gabriel Kessler y Javier Auyero y la periodista feminista María Florencia Alcaraz.

Al final de este recorrido, sólo queda decir gracias por acompañarnos en este año complejo y desafiante y dejar un deseo para el 2021: que nos encuentre en este mismo lugar, yendo al rescate de las historias conurbanas que merecen ser contadas.