La Marico Festia se convirtió en un clásico de la zona sur. Con diferentes temáticas, la batalla de lip sync que nació en el 2018 consiste en una competencia por obtener la corona y por la que se enfrentan en vestuario, pasos de baile y originalidad. El evento que se realiza cada dos meses tiene base en Casa Bestia, un bar y espacio cultural de Banfield.

Se apagan las luces. A los costados de la pista el público grita y silba, ansioso. Comienza a sonar Rosalía en los parlantes y los reflectores iluminan a Damián Trotta, vestido de pies a cabeza como la cantante catalana en el videoclip del tema De aquí no sales: campera motoquera corta, pantalones que dejan la cola al descubierto, tacos altos y hasta el peinado de trenzas, maquillaje y uñas rojas brillosas a tono. Detrás suyo lo acompañan dos bailarines, e inician una coreografía llena de fuerza al ritmo de Malamente. El público estalla en aplausos, y a Damián le sigue su compañera Cone Fourcaud (mejor conocida como Cone Tropical): vestida enteramente de plateado, se desenvuelve a lo largo de la pista y mueve sus labios en sintonía con la voz de Cher y su canción Believe.

Luego de esta presentación empieza la competencia. Cada edición tiene una estética y una temática de base diferente. Por caso, en febrero hicieron un especial San Valentín; y en abril la consigna fue vestirse de santos y santas drag por motivo de la Semana Santa.  Allí pasó primero unx virgen Stella Maris vistiendo un body blanco y unx San La Muerte, de capa negra y cuernos con glitter violeta al estilo Maléfica, para interpretar God is a Woman, de Ariana Grande. El jurado decide que éstx última pase a la final: dándole en la boca una hostia, alusiva a la fecha.

En la segunda performance se enfrenta unx Gauchito Gil drag – con poncho, uñas postizas rojas y barba tupida – contra unx San La Muerte, la figura mexicana. La batalla es musicalizada con  Judas de Lady Gaga y cada participante va dejando capas de ropa en medio de su baile para lucir un segundo vestuario con medias de red y arnés de cuero. El aplausómetro está que arde. El jurado delibera y, finalmente, sucede lo que el público tanto pedía: ambxs reciben la hostia y pasan “las dos a la final”, junto a lx otrx participante.

La batalla se define con una canción de la reina del pop, un clásico que todxs conocen: Like a Prayer, de Madonna. Con trucos, pasos sensuales y hasta elementos de utilería como boleadoras o un bebé de juguete, la competencia es a todo o nada. La decisión es muy difícil, pero el jurado finalmente le pone la corona a lx ganadorx: el Gauchito se lleva el primer premio. Y, ahora sí, empieza la fiesta. La música arranca de nuevo y no para hasta las 5 de la mañana, con temas desde Britney Spears hasta los reggaetones más nuevos.

Lo que hacen Damián, Cone y lxs participantes no es simplemente una coreografía con una canción de fondo. No es, tampoco, karaoke. Se llama “lip sync” y consiste en sincronizar los labios con la canción que está sonando para, así, hacer de cuenta que son quienes cantan. Pero va más allá de eso. Las batallas de lip sync son, desde hace años, un ícono de la cultura LGBT en las que las disidencias salen al escenario y se expresan de la forma que más les guste, encarnando un alter ego. Lo importante es tener un vestuario original y extravagante, draggearse (es decir, transformarse, ponerse en personaje) y, sobre todo, la actitud.

Damián y Cone son lxs hosts (anfitrión y anfitriona) de la Marico Festia, “la festia marica de zona sur”, como la definen en su cuenta de Instagram. Se realiza aproximadamente una vez cada dos meses en el restobar y espacio cultural Casa Bestia, en Banfield, desde octubre del 2018, cuando Julieta Martínez -dueña y gestora del lugar- decidió darle forma a una idea que venía rondando en su cabeza desde hace tiempo. Así convocó a Cone, encargada de la programación del espacio, para que organice una fiesta de karaoke disidente. También se sumó Leandro Vázquez como DJ y, tras la primera edición, Damián, cuando el evento tomó su forma definitiva de batalla de lip sync.

Las Marico Festias, si bien tienen alrededor de un mes de distancia entre cada una, requieren de mucho tiempo de preparación: los trajes de Cone y Damián los confecciona Julieta a mano, ya que es bordadora. “El proceso generalmente arranca ni bien termina una fecha, es tanta la energía que manejamos que enseguida nos proyectamos a lo que viene, elegimos la temática para la fecha y empezamos a ver qué perfo vamos a hacer para esa fecha y qué temas vamos a designar para las batallas”, explicó Damián a esta revista. Para lxs participantes, es lo mismo. Primero, lxs organizadorxs hacen la convocatoria a través de las redes sociales, les indican la temática de la fiesta para que confeccionen los trajes, y, una semana antes del evento, les asignan las canciones que tendrán que interpretar en la batalla.

por Fernando Caruso

Las fiestas de batallas de lip sync, como el movimiento drag, tienen su raíz en los países anglosajones, su exponente más reconocido es el programa televisivo RuPaul’s Drag Race. Si bien hace tiempo llegó también a la Argentina, los eventos de este tipo se organizan principalmente en la Ciudad de Buenos Aires. De ahí la importancia que tiene la Marico Festia para la comunidad LGBT de zona sur. “La gente después de la primera fecha agradecía mucho que pueda haber espacios así sin necesidad de trasladarse a Capital. Desde esa primera vez el bar se volvió marica casi todos los días con el glitter como sello característico. También mucha gente se acerca después de cada fecha con ganas de participar de la propuesta”, contó Damián. Y eso es lo que la hace única: “Es distinta a cualquier fiesta de Capital porque nace en el conurbano, somos de acá y estamos orgullosxs de eso”, definió el presentador, quien es actor y da clases en Ceta Teatro, un espacio cultural de Banfield que debió cerrar por la crisis y continúa funcionando de la mano de La Troupe Circo.

En este sentido, Damián aseguró: “La Marico Festia tiene una identidad particular partiendo de la base de que somos un grupo joven que venimos trabajando hace rato en el conurbano. Si bien venimos de distintos ámbitos y formaciones, encontramos la manera de combinar todas esas perspectivas”. Además, “el público que se acerca es súper variado. Si bien la propuesta está direccionada puntualmente a la comunidad LGBTIQ, que somos bocha en el sur y en el conurbano, no hay tantas propuestas del estilo”. Y se nota a simple vista: entre el público no sólo hay disidencias, sino que cualquier persona puede acercarse, siempre que sea en un marco de respeto y entendiendo que es un espacio libre de violencias y discriminación.

La Marico Festia no sólo ofrece la oportunidad de tener un lugar cercano de pertenencia donde poder expresarse, sino que cada vez se expande más a otros públicos y territorios. “Hay bocha de drags que se tenían que ir a Capital para poder mostrar su arte, por eso agradecen mucho las personas que vienen. Lxs drags que participan en su mayoría son del conurbano, pero también se acerca gente de Capital porque les hablan de la fiesta, ven fotos o unx amigx les contó. El boca en boca siempre es la mejor difusión, y está buenísimo que se corra la bola de que el sur tiene movida LGBTIQ, que no hace falta que te cagues de frío a las 6 de la mañana para esperar al bendito 160”, remató.