Unión por la Patria apuesta por otro triunfo histórico en el distrito que contribuya al proyecto nacional de Sergio Massa y consolide el rol central de la dirigencia local como el centro de una nueva alianza para el PJ que se viene. El pedido de Máximo, el rol de Insaurralde, su sucesor natural, los nuevos números y las dificultades que enfrenta la oposición.

Por Pablo Lapuente*

 

 

La tarde de junio en que Máximo Kirchner les pidió a Martín Insaurralde y Federico Otermín reunir 220.000 votos en Lomas de Zamora para contribuir al triunfo nacional de Unión por la Patria, le sirvió también al presidente del PJ bonaerense para colocar la piedra fundacional de otro justicialismo: uno que amalgama la histórica territorialidad del peronismo de la Provincia con el aparato político de La Cámpora, y que ahora tiene su principal centro de operaciones en este distrito del sur del Conurbano. La Matanza, aún con su montaña de votos y su extenso territorio en la Tercera sección electoral, quedó -algo más- hacia el margen.

El pedido fue durante un acto en el Parque Eva Perón, al que asistieron también el precandidato presidencial Sergio Massa, el Gobernador bonaerense que busca renovar su mandato, Axel Kicillof, y buena parte de la plana mayor del oficialismo, que eligió la presentación de la precandidatura a intendente de Lomas de Zamora de Otermín como primer acto de campaña en la provincia de Buenos Aires, donde Unión por la Patria apuesta a sacar una ventaja suficiente en las primarias del 13 de agosto para equilibrar lo que se anticipan como resultados más adversos en otras provincias, a excepción de las del Norte Grande.

El posible sucesor natural de Insaurralde en el distrito que se erige como el nuevo eje de poder del peronismo bonaerense, asoma como el candidato favorito, pero aún así tendrá enfrente a distintas propuestas de Juntos por el Cambio que, en parte, carecen de armado y volumen político propio, pero que apuestan a colgarse de una nueva ola de liberalismo que arrase en algunos puntos del Conurbano peronista.

 

Alianzas y estrategias

El objetivo que les pidió Kirchner a los lomenses es un gran desafío, incluso es bastante más de lo que obtuvieron en este distrito en las elecciones de 2021, pero en Lomas de Zamora creen tener la capacidad para acercarse a un porcentaje similar, sobre todo en tiempos de reordenamiento político del oficialismo. El mismo que comenzó cuando Insaurralde decidió encabezar la lista de concejales y no ir por un nuevo mandato, pese a tener grandes posibilidades de reelegir y, por el contrario, apostó a un nuevo dirigente, moldeado a su gusto y semejanza, y con sus propias características de gestión.

Algunos que leen la rosca local con precisión definieron la decisión como un gesto de “generosidad” o de “propuesta de trasvasamiento generacional”, aunque también hay detrás de ella un acuerdo más superestructural en el que se da por descontado que Insaurralde tiene asegurado no sólo su continuidad como jefe de Gabinete en un eventual nuevo gobierno de Axel Kicillof, sino también la conducción política de la Cámara de Diputados, esta vez a través del legislador y exintendente de La Costa Juan Pablo de Jesús. Por supuesto, ese escenario se dará en caso que Unión por la Patria gane las próximas elecciones, pese a la crisis económica signada por la alta inflación, los flacos salarios y la dependencia del Fondo Monetario Internacional, tres problemáticas que reconocen en el gobierno, pero que esperan superar poniendo grandes expectativas en Sergio Massa.

Esa posibilidad del peronismo en las urnas, que hace tan sólo unos meses atrás, mucho antes de que Massa fuera ungido como candidato (casi) de unidad, parecía una hazaña imposible, hoy es analizada de otra forma. De hecho, de acuerdo a un estudio de Isonomía al que accedió Cordón, una de las consultoras favoritas de Mauricio Macri, Unión por la Patria cosecha el 36,2% de los votos, mientras que Juntos por el Cambio alcanza el 29,3%. La Libertad Avanza sigue en el podio, con el 16,7%.

Se trata de una encuesta realizada entre el 29 de junio y el 12 de julio en Buenos Aires, la provincia que reúne nada más y nada menos que al 37% del padrón electoral, en base a un muestreo presencial de 2.007 casos. Otra de las particularidades que se desprende del mismo estudio es que Horacio Rodríguez Larreta, el precandidato presidencial moderado del PRO, le ganaría por cuatro puntos la interna a Patricia Bullrich, la principal exponente de la intransigencia amarilla. El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, siempre de acuerdo a Isonomía, se queda con el 16,6% de los votos y la exministra de Seguridad, con el 12,7%.

Si bien para coronar cualquiera de estos resultados son fundamentales las cabezas de las listas, el peronismo tiene su propia disyuntiva y es la de no tener a Cristina Fernández en la boleta. De ahí que muchos y muchas en el Conurbano avancen con una estrategia de campaña que consiste en mostrar a la viceperesidenta en pasacalles, carteles y publicidades junto a los candidatos, mientras refuerzan el rol de los jefes comunales ya probados en las urnas: además de Insaurralde, Mayra Mendoza en Quilmes, Jorge Ferraresi en Avellaneda o Mario Secco en Ensenada, por nombrar tres ultrakirchneristas dentro de la amplia Tercera Sección electoral.

 

La tarea que tienen de cara al 13 de agosto es ir a buscar los votos de a uno, casa por casa, comercio por comercio, club de barrio por club de barrio, como solía hacerse en la vieja escuela del peronismo. Fue esa movida la que le permitió al Frente de Todos acortar la derrota en 2021, e incluso dar vuelta resultados en distritos importantes como San Fernando, San Martín y Quilmes. Un poco es esa la agenda de campaña del propio Otermín, que mantiene reuniones con vecinos y vecinas, comerciantes, representantes de clubes de barrio, sociedades de fomento, entre otras entidades.

Por lo pronto, la oposición local a los intendentes enfrentará también sus propios desafíos al intentar persuadir a un electorado con fuerte raigambre popular, y sobre todo justicialista, y a su vez, intentar no quedar demasiado pegados a sus líderes nacionales, que en los ratos libres que tienen después de enfrentarse en una interna a cielo abierto, suelen desquitarse con discursos de odio. Quizá el más relevante en los medios y las redes sociales en los últimos días fue el cántico de militantes del PRO contra Cristina, para apoyar a una Bullrich sonriente que los abrazaba mientras pedían por un país sin la expresidenta. Dicho de otro modo, es una incógnita saber si Guillermo Viñuales o Nicolás Bari, precandidatos a intendente en Lomas de Zamora por Juntos por el Cambio, lograrán convencer al electorado lomense de algunas de sus propuestas mientras sus jefes políticos cantan por una “Argentina sin Cristina”. En este distrito, la boleta de Insaurralde y CFK sacó 59,01% en 2019.

 

Con el ánimo de las nuevas encuestas, un peronismo reordenado y una oposición que no para de desangrarse en su propio enfrentamiento interno, Unión por la Patria se entusiasma con retener el poder en territorio bonaerense y hacer base en su nueva unidad básica central de Lomas de Zamora. Eso, sobre todo, si logra consolidar a una nueva dirigencia política que en este distrito ya tiene nombre y apellido.


Pablo Lapuente es redactor acreditado en la Legislatura de la provincia Buenos Aires. Licenciado en Periodismo (UNLZ), productor en radio y televisión. Trabajó en medios de comunicación bonaerenses y nacionales.