La artista plástica, vestuarista, ambientalista y militante de los derechos humanos, cuenta la bisagra que marcó en su vida la causa armada en su contra que la llevó a estar en la escena pública. Enfrentará un juicio en octubre porque la responsabilizan de haber pintado “¿Dónde está Tehuel?”, durante la Marcha del Orgullo en 2022.

Por Patricia Aguirre*
Imagen: Pato Larreta en La Tinta

 

 

Pierina según Pierina. Vivió en Fernández, un pueblo cercano a Coronel Suárez; luego en Mar del Plata, y desde los 14 años está instalada en Necochea, dice que aquellas son las playas más hermosas. Tiene 43 años, el pelo enrulado, es lesbiana, tiene tres hijxs y canta en dos bandas. Cordón habló con ella para saber quién es y por qué la persiguen. La demanda en su contra por haber formado parte de la creación de un mural en reclamo por la desaparición de Tehuel es en realidad el broche de una seguidilla de prácticas de hostigamiento y violencia laboral que llegó al punto de que sus propixs empleadorxs de la Municipalidad de Necochea la denuncien y se la acuse por el delito de daño agravado a un edificio público. Ahora, después de varias postergaciones, será sometida a juicio en octubre.

La historia se remonta a 2020, cuando comenzó a trabajar en el Municipio a partir de una convocatoria a la que se presentó “como cualquier hijo de vecino”, y según comenta, “esa entrada fue prolija, sin acomodo”. Pierina logró obtener el puesto por mérito e idoneidad, pero no ocurrió lo mismo con lo administrativo: en su incorporación la categorizaron mal, lo que le impedía cualquier tipo de ascenso y mejorar su sueldo. Este “error” de papeleo la llevó a iniciar un reclamo para ser “recategorizada”. Como es sabido, estamos hablando de trámites con tiempos aletargados, casi infinitos, de expedientes, firmas y pasos que llegan a cuentagotas, o que nunca ocurren. En definitiva, el o la empleada que haya iniciado ese periplo, debe estar siempre atrás de su expediente, viendo dónde está, o en qué instancia se encuentra porque muchas veces la burocracia parece ser el limbo.

“Cuando llega este gobierno vecinalista en Necochea -cuyo intendente es Arturo Rojas- , ligado al peronismo de derecha, cercano al Momo Venegas y aliado de Cambiemos, de 20 personas a mí sola me categorizan mal”, destaca Pierina. No le pareció casual. Como en todo pueblo, ya la conocían por militante, peronista, hija de peronistas, lesbiana y defensora de la comunidad disidente. Su padre es testigo en una causa de lesa humanidad por el crimen de un amigo asesinado en Necochea durante la última dictadura militar, el padre de sus hijxs es hijo de desaparecidxs; toda una trayectoria de vida marcada por ideales de justicia social y búsqueda de verdad. “Después me sacan los talleres de ESI que daba y al tiempo me sacan del vestuario del Festival Infantil, que es a lo que yo entré a trabajar a esa municipalidad: tallerista y vestuarista del Festival Infantil al estilo performance”.

Mientras iban sucediendo todos esos “recortes” a sus tareas, Pierina no hizo más que entenderlo como algo “esperable”, en línea con la ideología del gobierno local, porque ella “sabía que venían de una línea anti derechos”. En esa época, siguió su vida habitual de militancia, abocada a las luchas, mixturando la maternidad de tres hijxs -Morena de 24, José de 15 y Juan de 11- una casa a su cargo, cantando en dos bandas y trabajando extra en su taller porque el sueldo no alcanzaba. Hasta que un día recibió una llamada por teléfono: “Dije ‘bueno, me van a recategorizar’, porque venía con este reclamo acompañada por ATE; pero no, era para que me presente a firmar un expediente que decía que yo había pintado un mural”.

Pierina había participado de la Marcha del Orgullo de 2022 en Necochea, había cantado junto a sus compañerxs, caminado las calles y proclamado por derechos, igualdad y respeto por la diversidad de identidades y las disidencias. “En el momento me quedo helada, podría haber firmado en disconformidad pero me atendieron en un pasillo, me presionaban y lo hice. Enseguida llamé a ATE”, repasa. Como si eso fuera poco, la suspendieron por diez días sin goce de sueldo. En aquel momento cobraba 55 mil pesos: “Me sacaron 15 mil, a una mamá con tres pibxs y nunca me los devolvieron, hoy eso no me alcanza para nada, pero ese momento era la compra del mes”.

Así comenzó el proceso judicial “inexplicable” en palabras de Pierina, utilizando un reclamo y una manifestación genuina en su contra. “Estoy viviendo hace dos años una dictadura, como ciudadana me fallaron porque en una causa de un jefe contra un empleado hay asimetría de poder. A partir de la denuncia me bajoneo muchísimo, me agarra una depresión muy grande”, recuerda. La denuncia en su contra la hicieron sus propias empleadoras y dos testigxs, con fundamentos vagos  y pruebas débiles que al día de hoy están en cuestionamiento. Además, una de las denunciantes está acusada por maltrato laboral. Desde entonces, la causa ha sido repudiada por organizaciones de derechos humanos a nivel local, en todo el país e incluso en el ámbito internacional.

Entre las irregularidades y ataques directos a Pierina, una de las testigos, con cargo jerárquico en aquel momento en el área de educación de la Municipalidad de Necochea, redactó un acta que solo firma ella, contando los hechos de la supuesta pintada: “Firma diciendo que era yo la que pintó, lo presentan como prueba, y el fiscal lo acepta”, repasa y más allá de que lo narró ciento de veces, se vuelve a sorprender. “Me acusan con una foto de espaldas, de  manera individual y es una acción colectiva, que tiene marco en el derecho a la protesta, no estaba yo sola ahí ese día, la Marcha del Orgullo no es mía. Soy militante, no cambié mis palabras en ningún momento, es la verdad y es lo que pasó”, marca y agrega que en un momento habían cerrado la causa, pero “después descubren que en la foto se ve un pedazo de tatuaje, y lo anexan como prueba, y esa informalidad es aceptada por el fiscal”. “Esta causa está armada, no tiene sustento, muestra lo mamarracho que son”, dice.

Pierina junto a Norma Nahuelcura, mamá de Tehuel.

 

La inconsistencia de la denuncia y mucho más la causa abierta en su contra, con la posibilidad de ser condenada a cuatro años de prisión, no es algo que se le ocurre sólo a Pierina, sino que son muchos quienes toman partido por ella. “Llegan cartas hasta de puño y letra de distintas partes del mundo, porque las personas militantes de los derechos humanos estamos en todos lados, eso no lo entienden”, cuenta. Se suman al repudio de esta criminalización el colectivo de activistas feministas Ni una Menos; el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) que se presentó como amicus curiae en la causa y elevó una nota a la ONU; y Amnistía Internacional, que instó al fiscal José Luis Cipolletti, de la UFI Nº 1 de la Departamental de Necochea a retirar los cargos al considerar que restringen la libertad de expresión, también se presentó como amicus curiae y lanzó una campaña de Acción Urgente a nivel global que ya sumó firmas de todo el mundo.

En el proceso se asume el rol de Pierina en la Municipalidad como funcionaria pública. “El fiscal está ensañado conmigo o tiene un amiguismo con el gobierno actual, porque la causa primero se cierra, y después se reabre a pedido de él. Me llamó para una audiencia presencial y ahí me ofrecieron un juicio abreviado: que yo asuma la culpa”, recuerda y explica su negativa: “No voy a firmar algo de lo que no soy culpable”.

La pared de la discordia resulta ser un espacio deteriorado: “El lugar está completamente pintado, rayado, no había tal cosa para arruinar, cuanto mucho lo embellecí, estábamos en la Marcha del Orgullo, no voy a asumir algo a título personal porque no es mío, todo el tiempo hacen referencia a que yo tenía que arreglar algo, si no rompí nada, ¿qué voy a reparar? Ojalá estuvieran poniendo esta energía y recursos para encontrar a Tehuel, en lo judicial, en lo administrativo, para saber qué pasó. Ojalá estuviéramos en ese plan, no en criminalizar a alguien que está pidiendo por una persona que está desaparecida en democracia”.

Todo su patrimonio material es una casa sin escritura, que instaló en un terreno a su nombre, donde vive con sus tres hijxs, “un Corsita hecho pelota y nada más”. “Este juicio debe salir como cinco palos, por lo menos. Presa no voy a ir, pero existe la posibilidad muy pequeña, porque ellos son los que llevan la pelota. Ellos no entienden que esto es una forma de vida, piensan que esto es por rédito político, o económico, o del ego, no es nada de eso, para los militantes de derechos humanos esto es una forma de vida”, reflexiona. Ella misma le dijo al fiscal Cipolletti que sabía que las intenciones eran que ella no militara más, disciplinarla y neutralizar al colectivo.

“Me siguen hostigando, hasta hace dos semanas me ofrecieron bajarme el sueldo, en medio de esta crisis, ni siquiera habiendo leído el convenio colectivo de trabajo que dice que vos no podés hacer un ofrecimiento de sueldo inferior al que tiene la persona”, cuenta sobre su situación actual. Hoy el sueldo mínimo de Pierina es de 220 mil pesos, la causa en su contra no le permite, entre otras cosas, salir del país sin permiso de un juez: si lo quisiera, debería gastar 900 mil pesos aproximadamente. Ella no se piensa odiando, ni se asume odiante, pero deja la inquietud: “Ellos están tirándonos con mierda, ¿con qué les vamos a tirar, con flores?”.

 

 

El odio como protagonista

“Lo que estamos viviendo no son los ’90. En los ‘90 la gente no votó a Menem con odio hacia la otra fuerza, en este momento el odio es el protagonista, hay un discurso que indica que si le dan más derechos a los negros a mí me quitan, y no es así, los derechos son para todxs”, opina la artista y destaca: “Este gobierno vino con un clima de luto, se corrieron los límites, creo que están pudiendo desactivarnos”.

La eliminación de los programas y políticas públicas de género contra las violencias son muestra de que las conquistas de los feminismos son el blanco de la acción destructiva del Estado que tanto odia el presidente Javier Milei. La asimilación de esos embates directos al corazón del colectivo más vulnerable de la sociedad, es decir, mujeres, niñxs, abuelxs y disidencias, es pasiva y polémica, convoca a la reflexión, a preguntarnos hasta dónde podemos aguantar, dónde está el liderazgo que ordene para que podamos enfrentar el desmantelamiento. Nos preguntamos qué pasó con el fuego.

Las internas de los feminismos no son novedad. La desfragmentación hacia el interior encontró su mayor debilidad para vivir la crisis social y económica actual más individualizadxs que nunca. Pero Pierina destaca que, en estos tiempos, lo que la mantiene de pie es la comunidad que quiere y acciona con hechos concretos para cambiar las lógicas injustas de la historia. “Nosotres somos mostris, personas militantes de los derechos humanos y disidencias, no nos podemos categorizar en ningún lado, yo no cumplo con todas las características del no binarismo, por eso mostris. A mí me apoyan putos, travas, tortas, varones trans, lesbianas, un montón de gente”, señala y plantea una lectura sobre el presente: “Las cosas están dadas para que nosotras manejemos el mundo. Hace dos mil años que los tipos lo están haciendo mal, tenemos que darles una clase magistral de cómo se hace”.

Mural en Necochea

 

No fue hasta el momento en que la Asociación Familiares y Amigxs de Tehuel se puso en contacto con Pierina que comenzaron a enlazarse las luchas. “Nunca había tenido contacto con la gente de Tehuel, hasta ahí éramos nosotres contra el mundo. No queríamos ser metides, entrar en una situación de revictimizar a las personas que están acompañando los procesos, porque es re fuerte, a las personas nos va cambiando el ánimo, las sensaciones”, explica. El Festival Absolución para Pierina realizado en mayo de 2024 fue la primera actividad que lxs mostris y el movimiento de la Asociación realizaron juntos en Necochea.

“En marzo me rechazaron el juicio y ahí conocí a las personas que forman la Asociación Familiares y Amigos de Tehuel, a Norma Nahuelcura, su mamá, y empieza a haber un contacto más directo con quienes son les protagonistas”, señala, es decir, casi dos años después de iniciada la causa en su contra se juntaron para empezar a articular. “Yo soy una secuela de lo que pasa a partir de algo muy grande, que es la desaparición de una persona en democracia, algo que no podemos dejar pasar bajo ningún punto de vista”, agrega.

Ese festival que llevó como bandera la absolución de Pierina se pudo hacer gracias a donaciones y colaboración de toda la comunidad de disidencias y defensorxs de los derechos humanos. “Hicimos un evento con cero pesos, todo fue ayuda. Ahí entra la ternura nuestra, ellos no lo van a entender, esa ternura tiene que ser utilizada contra lo que estamos viviendo”, propone y cuenta que se identifica “judicializada y criminalizada” por un gobierno “revanchista” que vino a recortar derechos y a hacer de la protesta un crimen: “Acá se avasallan directamente los derechos humanos, todavía hay una persona detenida desde el 12 de junio (por las manifestaciones en contra de la Ley Bases), es un bajonazo”.

 

 

Elogio a la pavada

Pero mientras esto sucede, Pierina encuentra en el entramado de la comunidad que la apoya y en la resignificación de su lucha, una manera de seguir adelante. “Tenemos ternura, amor, amiguis, profesamos eso, pero también decimos algunas otras cosas a través de las manualidades, o de hechos artísticos, cosas que pueden hacer las personas con sus manos”, describe sobre el proyecto Ministerio de la Pavada, una de las tantas actividades que surgieron en el marco de la campaña “Abolición para Pierina”, que incluyó espectáculos, encuentros culturales, marchas y protestas, porque si hubo algo que se quiso amedrentar en estos tiempos y que se va a defender es el derecho al reclamo, la queja y la manifestación.

El Ministerio de la Pavada surgió con el espíritu de salvataje de esa comunidad de mostris, justo cuando Pierina- aunque cueste creerlo- se sentía derrotada: “En ese momento dijimos ‘¿qué podemos hacer? y bueno, vamos a meterle a la pavada’, porque yo estaba totalmente hundida, no podía más”. Con una amiga platense que trabaja en espacios de contención para la salud mental, crearon este Ministerio que esfuma los tiempos, implica al cuerpo, se dispone al divague y elogia la boludez, a través de distintas expresiones artísticas.

“A través de las manualidades, se despeja la cabeza, estás en ese momento, no agarrás el celu, como que te vas, estás paveando. Lo veo en mi taller, estoy paveando y estoy trabajando, estoy haciendo los buzos que me dan para comer”, dice y reafirma que su costado artístico es lo que la hace ser quien es. “Nunca hubiese querido hacerme conocida por una injusticia o por ser una secuela de una injusticia, me da mucha bronca que se me conozca por algo que no es mi arte, pero es lo que me está pasando y tengo que salir a defenderme”, explica y asegura que hacer bandera es una forma de reconstrucción. Pierina canta hace siete años en “D.I.Y”, una banda tecno punk compuesta por amigxs, y también le dan vida a “Me Destrushe”, otra banda donde tocan punk y folk. Además, en una red de creaciones, forma parte del Sindicato Universal de la Amistad (SUA), donde hay de todo un poco.

Luego de distintas postergaciones que la tienen desde hace dos años como rehén de un proceso de criminalización con consecuencias en todos los ámbitos de su vida, (el primer debate oral iba a ser en febrero de 2023 y se suspendió el mismo día para pasarlo a marzo de 2024 y luego volver a postergarse), ahora el juicio tiene nueva fecha: comenzará el 30 de octubre próximo. En los meses previos, habrá una campaña que incluirá muestras del Ministerio de la Pavada en La Plata, en  Benteveo Espacio Cultural, actividades artísticas, encuentros y acciones para visibilizar la lucha, hacer saber la injusticia de la causa y destacar que nos sigue faltando Tehuel.

Pierina también acompañó las audiencias y alegatos en el juicio oral y público que se desarrolló en La Plata entre el 15 y el 26 de julio por su desaparición, y el 30 de agosto se conocerá el fallo en base al pedido de una condena de prisión perpetua para Luis Alberto Ramos por homicidio con agravante por odio a la identidad de género. Ahí Pierina volverá a decir presente: “Lo primero es estar en el juicio de Tehuel en el día del fallo, es lo que más me sale del corazón”. Mientras tanto, su lucha continúa.


*Licenciada y Profesora en Comunicación Social (Universidad Nacional de La Plata), y Especialista en Educación, Políticas Públicas y Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (Universidad Pedagógica Nacional). Participó de los testimonios que reunió la psicóloga y escritora María Dolores Galiñanes en su libro “Incesto. Una tortura silenciada”. Es feminista y militante de los Juicios por la Verdad, en casos de delitos de abuso sexual prescriptos.