El streaming es un universo enorme que se destaca por su variedad, pero son muy pocos los que llegan a ser conocidos incluso por fuera de la plataforma. En esta nota, Juanita Groisman habla con dos creadores de contenido del conurbano bonaerense que se diferencian de las grandes celebridades del stream.

Por Juanita Groisman

 

“Gente, se perdió Messi. Si algún vecino de Santa Bárbara lo ve, por favor avisenme”, pedía Coscu a través de una historia de Instagram meses atrás. Por suerte, el perro apareció rápidamente e ileso, y gracias al puntapié que nos dejó el streamer, podemos ponernos a analizar un factor interesante sobre la actualidad de nuestros creadores de contenido: ¿Dónde viven los streamers que la pegan?

Si su perro se hubiese perdido cinco años atrás, Coscu lo estaría buscando por La Plata, la ciudad que lo vio nacer y crecer. Cuando comenzó a hacerse famoso como streamer, su fama aumentó de forma exponencial, y a la par del dinero. Finalmente, tomó la decisión de mudarse a una casa dentro de un lujoso barrio privado, algo que hicieron otras celebridades como Pampita y Marcelo Tinelli, la versión baby boomer de Coscu.

Hasta aquí podríamos estar contando la historia de superación de cualquier joven argentino que, a fuerza de voluntad o capricho del destino, asciende en la escala social. Sin embargo, Coscu no es tanto un fenómeno aislado sino, más precisamente, el mayor exponente de una tendencia en alza.

Así como tiempo atrás muchos jóvenes soñaban con convertirse en futbolistas profesionales para volverse millonarios, ahora el avance tecnológico les trajo otra opción: volverse streamers, pegarla y conseguir canjes de ropa que de alguna forma los ayuden a pagar el alquiler de una mansión gigante en algún country de zona norte.

Pero no todos pueden ser Maradona, no todos pueden ser Messi. Ni siquiera es fácil llegar a ser un Pepe Sand, un hermano Romero, un Iván Pillud. Pegarla en el streaming es tan difícil como pegarla en el fútbol: implica una cuota de talento, otra de suerte, una pizca de privilegio que no garantiza pero ayuda.

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¿Quiénes son los streamers que no están en el top 5 de estrellas? ¿Dónde viven los que todavía no lograron mudarse a una casa en un barrio privado o quizás nunca tengan intención de hacerlo? Esta vez, llegó el turno de hablar de los streamers del conurbano.

Micaela Baraibar vive en Moreno, milita en La Cámpora y estudia Derecho en la UBA, que no es precisamente el lugar más cómodo para ser kirchnerista. Así como la histórica facultad suele ser un territorio más cercano al radicalismo, el streaming es un espacio que parecería estar más copado por la derecha o la antipolítica, que por tendencias más progresistas. Micaela no solo sobrevive en ambos territorios: crece en ellos.

“Creo que me diferencio de otros streamers justamente por el contenido. La mayoría de los streamers hacen IRL hablando sobre la vida, sus días, sus opiniones, y lo mío es un contenido político y con una ideología muy clara: soy peronista, soy kirchnerista y soy de La Cámpora. Y hablo desde ahí”, aseguró.

“Las redes son un terreno muy interesante. Como militante mi vida está en absoluta entrega para modificar la vida de los demás,  y por eso me interesa tener comunicación. El ida y vuelta es clave: poder escuchar y poder comunicar. Desde ese lugar empecé en las redes”, explicó Mica.

 

Micaela Baraibar

Micaela Baraibar

 

Para ella, “el foco está en el contenido, por eso hay que analizar qué contenido se baja”. “Hay un montón de streamers que, mientras juegan a algo, hacen chistes misóginos. Importa el contenido que haces. Yo hablo de política, soy militante y discuto sobre eso. Cuento mi realidad, busco eso. Sé que hay gente que hace cosas diferentes, no los juzgo, pero no creo que ayude a disminuir una brecha social”, plantea la streamer al momento de compararse con otros streamers del país.

En cuanto al dinero, Micaela es bastante clara: “Es una fuente de ingresos importante para personajes como Ibai o Coscu. En mi caso yo no monetizo en Twitch, si lo hiciera sería para sumarlo a la organización”. Hacerse rica con el streaming no está en sus planes.

¿Cualquiera puede streamear? Más o menos. Micaela no desconoce las realidades del barrio en el que vive y recalca lo difícil que es para muchos desembarcar en una red social que tiene tantos requerimientos técnicos: “A muchos pibes y pibas se les complicó hasta tener clases virtuales porque no tienen computadora. El streaming no es extensible a todo el mundo porque tenés que tener una compu que aguante, que no se tilde, y tenés que saber usarla. Esas son las contras”.

Micaela Baraibar

Micaela Baraibar

 

 

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No hace falta militar para vivir una experiencia distinta a la de los grandes streamers millonarios. Joao Mellera, por ejemplo, hace poco tomó la decisión de dejar su vida en San Martín para trasladarse a Palermo, la Meca nacional de los influencers.

En la transmisión que realizó el día antes de su mudanza, afirmó estar bastante triste por la partida. “Yo hubiese vivido más tiempo en este departamento, aunque la zona no me sirve mucho. Hace mucho que quiero vivir en Palermo, quiero salir a tomar café y estar más cerca de mis amigos. Fui 33 años de San Martín, así que va a ser difícil sacarme las ganas de faquear de adentro”, explicó, siempre con un chiste debajo de la manga. “No van a escuchar más motos, no van a escuchar más que roban en el edificio de abajo. Tampoco voy a tener a El rey de la bondiola, va a ser un poco triste”, agregó.

“Aunque no tengo tantos seguidores ni una media de audiencia muy alta mi público es muy fiel. En la cuarentena tuve niveles muy altos y eso me sirvió muchísimo a nivel económico, pero siempre me puso incómodo explicárselo a los demás. La gente a veces no entiende por qué el público paga por algo que es gratis”, planteó en diálogo con Cordón. Un problema que iguala a todos los streamers, y a la gran mayoría de los trabajadores de las redes: explicarle a tu abuela cómo estás generando plata “paveando en la compu”.

¿Es un trabajo streamear? Los que facturan en dólares y construyeron un imperio en base a eso, posiblemente digan que sí. Joan no está tan de acuerdo: “Si lo tengo que tomar como un laburo me pondría mal si algún día no tengo suscriptores o tengo menos gente mirando, así que no me lo tomo así ni quiero hacerlo. Pero si es cierto que hay muchos meses en los que me ingresa más plata por Twitch que por mi trabajo como animador”.

Joao Mellera

Joao Mellera

 

Joan se mudó a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hace menos de un mes, hecho que oficializó con una última transmisión en vivo desde el conurbano bonaerense. “Hace rato buscaba mudarme a Palermo, y la verdad cambió mucho. Invito a la gente a participar de mi stream sin culpa, sin tener que volver a su casa desde lejos, tarde, pagando un montón de plata”, afirmó, y resumió todo en un solo dato: en los quince días que lleva en Palermo, ya vino más gente a su casa que la que fue en todo el tiempo que vivió en San Martín.

La mudanza no fue solo un evento importante para Joan, sino también para todas y todos los que integran su chat. “Siempre conecté mucho con el chat, les cuento mis cosas, sentí que eran parte de esa casa, y ellos también lo sintieron. En el fondo tenía stickers pegados, eran stickers muy normales pero cuando terminé dejé la cámara apuntando ahí. Sonaba una música medio tierna y dejé la cámara ahí. Leía el chat de costado, no me veía yo, y fue muy fuerte. Lo hice en joda…, pero fue algo muy lindo. Yo estaba como un boludo llorando al lado”, admitió.

¿Cómo llega alguien a construir un vínculo tan cercano con gente que jamás vio en su vida? La respuesta está en cada creador de contenido, en Twitch y en todas las otras redes sociales. ¿Estamos tan solos en el mundo que nos vemos forzados a buscar cariño y comprensión en el primer desconocido que se anime a hablar mirando a una cámara? ¿Preferimos las amistades virtuales porque podemos sostenerlas desde el extranjero, durante el trabajo o mientras hacemos caca?

Para Joan, implica suerte y pasión: “Se dio solo, pero también es algo que siempre me gustó. Todavía no descubrí bien si es algo que pasó o que generé yo, pero lo cierto es que me siento muy cercano a la gente del chat. Eso es así”.

Lejos quedó la idea de personas encerradas en un cuarto oscuro jugando a videojuegos. Las herramientas de la plataforma le permiten a los creadores poder moverse con mucha más libertad, y muchos las utilizan para tener la experiencia de subirse a un escenario. “El 17 de marzo vamos a hacer un stream en un bar, la gente va a poder verlo en vivo como si fuera una banda en vivo, pero un stream. Me entusiasma la idea de poder sacar a la gente del mismo back que ve siempre y que sea algo distinto”, anunció Joan.

 

Joao Mellera

Joao Mellera

 

A esta altura del partido no quedan dudas de que el streaming llegó para quedarse. Es un lugar común afirmar que Coscu es el Tinelli de los centennials pero, lejos de cerrar la discusión en ese punto, esa afirmación nos permite ir un poco más allá y preguntarnos quiénes serán los que lo acompañen y ocupen todos los lugares satelitales a una figura de tal magnitud. El futuro llegó hace rato y no termina en un country de zona norte.


 

Juana Groisman es periodista, estudia Psicología y pasa varias horas al día exponiendo sus pensamientos en Twitter. Escribió para sitios como La Agenda y Revista Kunst, además de ser redactora en Pronto. Nació en 1996, tiene algunos recuerdos del menemismo y abolló una flanera durante los cacerolazos del 2001. Vivió toda su vida en la Ciudad de Buenos Aires, le gusta cocinar aunque no siempre tiene éxito y su hobbie es mirar por la ventana para espiar a sus vecinos.