El conurbano muestra en esta historia una doble cara de espacio idílico y violento. Los protagonistas: Palito Ortega, Mirtha Legrand, Dean Reed, Bombita Rodríguez, el Che y Tom Hanks. Las películas Adolescencia y Mi primera novia sirven de guía para un recorrido sin fronteras.

Por Germán Ferrari

 

Mirtha Legrand y Ángel Magaña, en 1942; Evangelina Salazar y Palito Ortega, en 1966. Casi un cuarto de siglo de distancia entre Adolescencia y Mi primera novia. El mismo guion trasladado en el tiempo por sus autores: Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari. El mundo había cambiado en tantos años; Argentina también. Pero la historia era la misma, calcada.

Una de las diferencias entre ambas producciones es sonora: el alud de canciones de Palito no aparece en la primera versión ni el par de temas interpretado por el tercero en discordia, el estadounidense Dean Reed (acá habría que hacer una extensa nota al pie para contar la vida de quien pasó de ser “Mister Simpatía” a “el Elvis Rojo”, el inspirador del personaje de Diego Capusotto “Bombita Rodríguez, el Palito Ortega Montonero”. Pero no, un poco de suspenso. Sigamos…).

En Mi primera novia el joven Palito es un aprendiz de cantante de la “Nueva Ola” –acompañado por un grupo de amigos del barrio (ya veremos de qué barrio se trata) –, recién salido del secundario, que sigue sus estudios de no se sabe qué. En Adolescencia Magaña “se puso los pantalones largos el mes pasado”, según el comentario mordaz de su hermana, se recibió de bachiller y escribe versos.

En ambas películas, quien irrumpe en la armonía de los novios eternos es un veinteañero, todo un hombre, que regresa de Estados Unidos convertido en empresario. El actor Alfredo Jordán cumple el rol de Raúl en la versión de 1942 y Reed interpreta ese papel en la remake –el personaje lleva su mismo nombre y apellido.

Los directores tampoco fueron los mismos. Francisco Mugica se cargó de Adolescencia y Enrique Carreras de Mi primera novia. Pero la diferencia que nos interesa es la ubicación geográfica. En el comienzo de ambos filmes una voz en off relata que la historia transcurre en un barrio de Buenos Aires, apacible, tranquilo, donde “todos los vecinos se conocen” y son “gente buena, simple”. Las calles son arboladas y las casas tienen jardines. En Adolescencia se destaca que en esos barrios hay “chicas en los balcones, muchachos que hacen la pasada y novias que tocan el piano”. En Mi primera novia se advierte que en ese barrio “aún no han llegado los problemas del tránsito ni las complicaciones de la vida moderna”.

El barrio de Buenos Aires se ubica en capital en Adolescencia, no porque se mencione alguno en particular, sino porque, como al pasar, la voz en off dice que Tito, el protagonista, es un “muchacho porteño” que lleva ocho años de novio con Elvira, su vecina, que vive al lado de su casa.

En cambio, deberán pasar varias escenas para saber que el máximo exponente de la “Nueva Ola” y su vecina –en este caso viven uno enfrente del otro y llevan cinco años de novios– habitan en Olivos, en el norte del conurbano bonaerense. Las locaciones son todas en zona norte: los amplios chalets de ambas familias, las calles, el Puerto de Olivos, la Parroquia Santa María de La Lucila… Aunque no faltan paisajes porteños, como la confitería “El Ateneo”, que estaba en Carlos Pellegrini y Cangallo (hoy Teniente General Juan Domingo Perón), los Lagos de Palermo. Para ir “al centro”, hay taxis o, en Mi primera novia, el Fiat 1200 Cabriolet Pininfarina rojo de Reed, que mientras conduce a Elvira y a la hermana de Palito canta uno de sus hits, “Wandering Girl”.

Tito no trabaja en ninguna de las dos versiones. Necesita dinero para casarse y que la familia de la novia lo acepte como un pretendiente “serio”. No sabe hacer nada, salvo escribir versos o hacer música. Intenta que lo tomen en una oficina y lo echan, va a una tintorería para hacer reparto pero no le aseguran un sueldo y, de la nada, sin que el espectador conozca algún talento previo, se convierte en periodista:

–Escribo artículos para una agencia periodística. Se publican en diarios del interior –le cuenta a la madre de su novia.

–¡Cómo está el periodismo! –refunfuña la señora (en la versión de 1942; en la remake no aparece el comentario).

La madre de Tito, orgullosa al escuchar que su marido lee un “editorial” de su hijo recién publicado, es optimista:

–No hay duda de que en el periodismo está su porvenir.

Hay algo que no cierra, una situación sospechosa, como si los artículos no los escribiera él… Finalmente al poeta/cantante amateur no le queda otra alternativa que aceptar un empleo que le había ofrecido el recién llegado de EEUU en su empresa.

El amigo norteamericano

Aquel barrio bucólico suburbano que se describe al comienzo de Adolescencia y Mi primera novia es una idealización. En tiempos en que el presidente Arturo Illia ocupaba la Casa Rosada, Reed y su primera esposa, Patricia Hobbs, se radicaron en Argentina, y se instalaron en un confortable chalet ubicado en la calle Paraná, en Olivos.

El fenómeno musical “nuevaolero” –Palito, Raúl Lavié, Violeta Rivas, Johnny Tedesco, Nicky Jones, Chico Novarro y Jolly Land, entre otros y otras– incorporó de inmediato a esa estrella que hablaba castellano con acento gringo y que transmitía un carisma descomunal. El sello Odeón lo contrató para afianzarlo en el mercado local. Sus éxitos “La Bamba” y “Our Summer Romance” sonaban en las radios y en los bailes de los fines de semana. En Chile, Reed se había convertido en un éxito colosal. Ya en el Río de la Plata, firmó contrato con Canal 9 para participar de “Sábados continuados” y “El profesor Simpatía Dean”, que finalmente se emitió con el nombre de “Los años jóvenes”. También participó en “Todo esto es el amor (Canal 9), “Cruzada Tarzán” (Canal 7) y “Luminarias” (Radio El Mundo).

Pero a la par de la actividad artística, Reed desplegaba una militancia política inusual para un artista juvenil: ayudaba a la gente más pobre de los alrededores de su barrio, cantaba en sindicatos y reuniones políticas, tendía una mano a quienes se acercaban para pedirle una ayuda.

En julio de 1965, poco antes de comenzar a filmar Mi primera novia, integró la delegación argentina que participó del encuentro organizado por el Consejo Mundial por la Paz en Helsinski: el Congreso Mundial por la Paz, la Independencia Nacional y el Desarme General. El escritor Alfredo Varela fue el artífice de convocarlo a esa reunión internacional, con mayoría de representantes que adherían o simpatizaban con el comunismo. Allí Reed conoció a Jean-Paul Sartre y Bertrand Russell.

Luego de esa experiencia, consiguió viajar a la Unión Soviética para entrevistar a la cosmonauta Valentina Tereshkova, la primera mujer en viajar al espacio. La difusión de ese material por la televisión argentina le costó a Reed un interrogatorio policial de varias horas sobre los viajes a Finlandia y la URSS. El fantasma del comunismo inquietaba a las fuerzas de seguridad y los sectores reaccionarios locales. El nombre del cantante se escuchó hasta en el Congreso nacional durante un debate en el que un diputado conservador se preguntaba sobre las intenciones de quienes habían viajado a Helsinski. El sueño de Reed de conseguir la ciudadanía argentina se esfumaba.

El estreno de la película Ritmo nuevo y vieja ola, dirigida también por Enrique Carreras y con Reed como estrella principal, no logró distraer a la furia macartista desatada contra el cantante. La intimidación continuó en un tono más amedrentador: su casa de Olivos fue baleada, manchada con pintura roja y estampada con una hoz y un martillo. La prensa de la época decía que ese “bárbaro atentado” no se condecía con la “espontánea y abnegada actitud” de Reed al salvar a un vecino que había quedado atrapado en un incendio. Ese acto le valió que los Bomberos de San Isidro le dieran el título de “miembro honorario”.

Las amenazas telefónicas que comenzó a recibir en su casa y la inclusión en una “lista de personas extremistas” le hicieron recordar cuando aún vivía en su Estados Unidos natal –había nacido en Denver, Colorado, en 1938– y era perseguido por el Ku Klux Klan y la John Birch Society.

Escena Mi primera novia - https://www.youtube.com/watch?v=aI8WcUthjBg

Escena Mi primera novia – https://www.youtube.com/watch?v=aI8WcUthjBg

 

“Yo no hago política de ninguna especie, soy un humanista”, decía el cantante que triunfaba en Canal 7 con “Bienvenido, sábado”. Luego de esa intimidación un grupo de jóvenes peronistas se ofrecieron para cuidarlo y vigilar su casa. Era una retribución por llevar sus canciones a encuentros solidarios.

Según contó su primera esposa, en aquel chalet recibió al Che Guevara, quien había entrado de manera clandestina al país. El escritor Varela fue quien llevó al revolucionario argentino-cubano, que hacía pocos meses se había ido de Cuba, y los cuatro compartieron una cena. De acuerdo con el mismo relato, el encuentro con el Che volcó a Reed del socialismo al comunismo.

Las dos décadas siguientes –murió en 1986 en la República Democrática Alemana, en circunstancias que aún son tema de debate– fueron vertiginosas en acontecimientos:

*No puede regresar a Argentina por decisión del dictador Juan Carlos Onganía.

*Rechaza la invasión de Estados Unidos a Vietnam.

*Se convierte en un éxito musical en la URSS y los países de Europa del Este.

*Participa en actos de la Unidad Popular durante la campaña presidencial de Salvador Allende en Chile.

*Colabora con el Frente Amplio uruguayo en 1971.

*Actúa en una docena de spaghetti western.

*Sufre prisión en la cárcel de Villa Devoto en uno de sus intentos por volver al país.

La vida de Reed merece una película. Hay varios documentales que intentan reconstruir la trayectoria de este artista y militante: una mirada chilena, una estadounidense y una alemana. Tom Hanks estuvo a punto de filmar su historia, pero no logró conseguir inversores para su proyecto. Qué pena.


Germán Ferrari es profesor de Periodismo Gráfico y Taller de Periodismo Gráfico en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ). Edita el Suplemento Universidad del diario Página/12. Sus últimos libros son Osvaldo Bayer. El rebelde esperanzado (2018),  Pablo Rojas Paz va a la cancha. Las crónicas futbolísticas de «El Negro de la Tribuna» (2020) y Raúl González Tuñón periodista (en prensa).