Banfield, Temperley y Los Andes lanzaron casi al mismo tiempo colectivos de hinchas que organizan desde sus instituciones deportivas diferentes actividades para reivindicar luchas sociales. El proyecto con más repercusión hasta ahora es la intención de modificar los estatutos para reconocer como socios activos aquellos afiliados desaparecidos de la última dictadura cívico-militar del país.

El fútbol es pasión de multitudes y los colectivos de hinchas buscan que las luchas por los derechos humanos alcancen esa masividad. Por eso es que los tres clubes de fútbol más reconocidos de Lomas de Zamora -Banfield, Temperley y Los Andes- cuentan con agrupaciones de aficionados que desde los colores de su equipo promueven el ejercicio de la memoria histórica.

Las bases de todas las iniciativas de los socios giran en torno a la Memoria, la violencia institucional y la lucha de género, pilares de la Coordinadora Derechos Humanos del Fútbol Argentino, institución que nuclea a los activismos de cada club.

La iniciativa de Banfield por los Derechos Humanos de restituir el carácter de socios activos a personas que figuraban en los padrones del club y habían sido desaparecidas durante la última dictadura cívico-militar, fue de las más contundentes a la hora de reivindicar la memoria.

A partir de comprender que las sociedades civiles también fueron víctimas del terrorismo de Estado del proceso militar en tanto hayan sufrido la desaparición de alguno de sus miembros, los hinchas de Banfield dieron cuenta de “un error muy grosero desde el punto de vista jurídico, político y ético al dar de baja a detenidos desaparecidos” que eran parte de la institución.

“Es un error administrativo histórico, una anomalía en el andamiaje jurídico administrativo, que las instituciones del ámbito deportivo no hayan creado la figura de ‘socio detenido desaparecido’, que es el lugar en el que estas personas tienen que figurar”, remarcó el abogado y miembro de Banfield por los Derechos Humanos Sergio ‘Cherco’ Smietniansky en el marco de “un país que ha sufrido un proceso genocida y donde la desaparición forzada está reconocida como figura jurídica”.

Banfield se convertirá en el primer club de fútbol del país en restituir el carácter de hincha a socios y socias desaparecidos, por lo que se deberá modificar el estatuto. Mientras que en la región la agrupación Los Andes tiene Memoria y el Departamento de Derechos Humanos de Temperley encabezarán la propuesta en sus respectivas instituciones, a nivel nacional el resto de las entidades afines mostraron interés en replicar la iniciativa.

Paredes que hablan

Los banfileños también fueron pioneros en el conurbano con la intervención en una de las paredes externas del estadio Florencio Sola en conmemoración a los 30.000 desaparecidos de la dictadura, lo que para Cherco significó “marcar la cancha”.

Gracias a la iniciativa del colectivo de socios, Los Andes también cuenta con su mural. En este caso el dibujo “refuerza el concepto de no quedarse en el pasado. Es correcto el ejercicio de la memoria, pero hay que vincularlo con las luchas actuales”, distinguió uno de los fundadores de Los Andes tiene Memoria, Marcos Checho Muñóz.

“Cuando ves el mural encontrás mucho color” y referencias a “ese pasado que no queremos más con la reivindicación de la lucha pasada y actual”, destacó un hincha. La muestra expone el activismo estudiantil, de la juventud y de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.

Por su parte el Departamento de Temperley por los DDHH homenajeó dentro de la cancha a la familia de Pablo Muzzo, detenido desaparecido y socio del club, durante un partido como local un día antes de cumplirse 44 años del último golpe. Con la entrega de una camiseta a los hermanos de la víctima y la ovación de la platea en el entretiempo, fue conmemorado un nuevo 24 de marzo con espíritu futbolero.

“Como hincha uní dos de mis grandes amores: los derechos humanos con mi camiseta, con mi club”, confesó Marcelo Guazzardi, fundador del Departamento quien es hincha de Temperley “de toda la vida”.

Se estima que en la localidad de Lomas de Zamora hay al menos 307 personas detenidas desaparecidas, “detrás de ellas hay una historia de vida, de militantes, de familias que se fueron desarmando. Eso está en nuestros barrios, en nuestras calles. Más de una vez pasamos por lugares donde gente fue chupada, secuestrada”, enfatizó Marcelo como uno de los objetivos de los colectivos de DDHH de la región, el no olvidar esta realidad.

En sintonía se expresó Cherco al cuestionar “cómo se ha naturalizado que a 15 cuadras de nuestras casas haya funcionado un centro de operaciones del plan Cóndor, un centro maternal clandestino, de tortura y se ha adoptado como parte de la geografía del barrio”, en referencia al Ex Pozo de Banfield.

El hecho disparador en el caso de Banfield para la agrupación de hinchas a favor de los DDHH fueron las intervenciones nacidas desde la comisión directiva del club ante la desaparición del activista Santiago Maldonado y la promulgación del Gobierno a la aplicación del 2×1 en las sentencias para condenados por delitos de lesa humanidad en 2017.

El movimiento “surgió haciendo acciones reivindicativas de temas de derechos humanos y después conformándose como grupo en sí. Éramos hinchas que íbamos a la cancha y a partir de la recepción que tuvimos de esas acciones en relación a la gente y la institución fue que decidimos conformarnos como grupo”, recordó Smietniansky. Hoy encabezan los proyectos más de 40 banfileños y banfileñas.

Temperley tiene un origen similar. El Departamento comenzó a funcionar a mediados de 2018, luego de que el Club se manifestara por el caso Maldonado. Marcelo comenzó a participar de algunos encuentros de la Coordinadora para tomar ideas y el colectivo local fue lanzado en septiembre último con una nominación a la agrupación Abuelas para el premio Nobel de La Paz.

“El mundo del fútbol es un ámbito profundamente machista, pese a que históricamente la mujer participó, se apasionó por el fútbol, hinchó y estuvo presente. Sin embargo, como en tantos otros planos, se la ha invisibilizado pero en el último tiempo con el calor de todo el avance de mujeres y disidencias se ha hecho presente su lucha y se fue reflejando en los clubes”, reflexionó Checho Muñoz.

La base sobre la violencia institucional responde al hecho de que “todos los hinchas han vivido en carne propia los abusos por parte de las fuerzas de seguridad en los operativos” de control durante los partidos, los cuales “son claramente violentos, autoritarios, hay maltrato y verdugueo, es una constante de todos los fines de semana”, cuestionó un socio.

Es por ello que Los Andes trabaja en conjunto con la Coordinadora para lanzar “un manual para hinchas en situaciones de cancha para que sepan cuáles son sus derechos”, anunció.