Entrevista a Martín Biaggini

Martín Biaggini es de La Matanza, y si bien se define como alguien que no le presta atención a las localidades, sí lo hace con los barrios, “los espacios de identificación más próximos después de la familia”. De amplia trayectoria literaria en el Conurbano bonaerense, presenta en Revista Cordón “Rap de acá”, su último libro.

Hoy las entrevistas se tornan virtuales, pero no por eso impersonales. Vía mail, Whatsapp o llamadas, cada nota que se escribe cuenta una historia y un camino. En esta entrevista con Biaggini nos zambullimos en su mundo matancero, sus libros y cuentos que se leen en Estados Unidos, y en las particularidades conurbanas vistas desde el mundo.

– Te describís como un gran conocedor de la “historia local y cultura popular”. ¿Qué te llevó a interesarte por esa faceta de nuestro país, y del Conurbano?

No creo que sea un gran conocedor, pero si una persona con un gran interés sobre esa temática. Primero porque es mi propia historia y son mis propias prácticas. Soy un habitante del Conurbano, mis abuelos se instalaron en La Matanza en la década de 1930 e “hicieron la América” a fuerza de trabajo y gracias a muchas políticas estatales que favorecieron ese progreso. Mi familia, mis amigos, mi gente… son de acá. Por lo tanto, es nuestra propia historia y son nuestras propias prácticas.

– Muchas de tus obras están dedicadas a la historia de La Matanza. ¿Qué significa y que representa la localidad para vos? ¿Y cuál es la importancia de dejar la misma plasmada en los libros?

Soy de La Matanza, vivo en los monoblocks de Villa Madero, pero no le presto mucha atención a las localidades sino a los barrios. Estos son los espacios de identificación más próximos después de la familia. El barrio nos constituye como sujetos colectivos. Nos suma a unos otros.

Hace unos años un amigo suizo vino a Buenos Aires y lo invite a tomar mate a casa de unos amigos. Tomamos mate en el patio del fondo, bajo la parra de uva. Casa típica de barrio con medianeras bajas. Éramos cinco o seis. La vecina de la casa contigua estaba colgando ropa y vio la situación y dijo: “¿Tienen invitados? Hice una pasta frola casera, ahí la llevo.”

Se vino con la hija. Luego aparecieron otros amigos más. Y terminamos siendo más de diez. El suizo no entendía nada de lo que estaba pasando. Ese es el barrio.  Y cada barrio tiene su propia impronta.

Se vino con la hija. Luego aparecieron otros amigos más. Y terminamos siendo más de diez. El suizo no entendía nada de lo que estaba pasando. Ese es el barrio.  Y cada barrio tiene su propia impronta.

– Tu último libro, “Rap de acá”, cuenta el surgimiento e historia del estilo musical – y de vida – en nuestro país y su influencia en el Conurbano bonaerense. ¿Cómo fue la investigación en nuestra provincia? ¿Cómo se vive en el Conurbano?

El libro “Rap de Acá” es resultado de una investigación histórica sobre los orígenes del rap local. En la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) veníamos realizando un trabajo de investigación sobre la práctica de rap de jóvenes del Conurbano, y cuanto empezamos a buscar bibliografía, nos dimos cuenta que no había mucho escrito sobre cómo el rap llegó y evolucionó en nuestro país. Sólo había algunas notas periodísticas y video documentales. Así que decidí comenzar a buscar información sobre el tema. Tuve que usar técnicas de la historia oral, entrevistando a los primeros exponentes del hip hop argentino, porque no encontré muchos archivos o lugares en donde buscar documentación.

Y si bien el rap es originario de EEUU, apenas empezó a practicarse en nuestro país, se dio un proceso muy parecido como el rock. Las primeras experiencias eran de copia. Se intentaba imitar a los artistas, su vestimenta y el estilo del rap de los EEUU, pero no pasó mucho tiempo para que se empezara a mezclar con lenguajes, estilos y músicas locales. Por sobre todo en el Conurbano, porque en el nacimiento y evolución del rap, el Conurbano de Buenos Aires tuvo un papel importantísimo. Desde los primeros grupos de Break de zona oeste (la Morón City Breakers por ejemplo), hasta fiestas undergroud y diversos grupos que se originaron acá (uno de ellos: El Sindicato Argentino del Hip Hop, ganadores del Grammy en 2001, está formado por integrantes de La Matanza y Morón).

– El rap y el hip hop son estilos musicales que se asocian a los jóvenes, tanto por quienes lo hacen como por quienes lo consumen. ¿Cómo transforma sus vidas?

Sí. En general se los asocia a jóvenes de suburbios. Muchos dicen que es música urbana, yo prefiero llamarle suburbana.  El mercado igualmente hizo lo suyo y presentó varios productos de consumo masivo, pero el rap desde su origen es música de jóvenes subalternos. En nuestro país también siempre estuvo en ambientes alternativos o under. Sacando algunas excepciones, el rap siempre fue una práctica musical de borde. Pero conseguir instrumentos o un DJ con bandejas para poder hacer las bases, condicionaba su práctica.

El gran cambio fue en el año 2005. La aparición de la Internet 2.0, las redes sociales, la democratización del uso y apropiación de las nuevas tecnologías, hizo que hoy, casi cualquier chico o chica del Conurbano pueda “hacer rap”. Nosotros los llamamos “Raperos 2.0”.  Solo necesitan un celular para crear, grabar y compartir su música. Obviamente, para hacerlo en su esquina, plaza o espacio común, no necesita nada, se puede rapear sobre una base realizada por la boca de un/a compañero/a (lo que se llama Beatbox). Pero este hecho hizo que muchos jóvenes del Conurbano pudiesen colocarse en el lugar de enunciadores. Son raperos. Ellos son los que nos cuentan lo que viven y por sobre todo cómo lo viven. Y realmente encontramos muy buenos letristas. Chuck D (el vocalista de Public Enemy) definió al rap de EEUU como la CNN de los barrios marginales.

Por eso, hoy el Conurbano es muy rico en la práctica de rap, y creo que el rap llegó para quedarse y transformarse en la música popular del conurbano en muy poco tiempo. Antes, a algunos barrios (Fiorito, Fuerte Apache) se los conocía mediáticamente por la delincuencia y algún futbolista famoso. Hoy en Fiorito tenemos a Maradona y la Fiorito Family, y el barrio de Fuerte Apache (nombre con el que el periodismo amarillo bautizó al barrio Ejército de los Andes), tiene a Tevez y a un gran número de raperos que lograron trascendencia en los medios (como el grupo FA, el Melly, Arwen, los MP3, entre otros).

– Participaste del libro de poesías “Alto guiso”, sobre el Conurbano bonaerense. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Cómo fue la elección del nombre, una frase viral de un hincha de Lanús?

El proyecto nació durante un debate que realizamos en la UNAJ sobre el Conurbano. Junto a un amigo, Fabián Banga, pensamos en realizar una antología de poesía y poder “legitimarla” en el mercado de libros. Hay muchas antologías de poesía del Conurbano, y muchas sobre poesía de La Matanza. Lo que hicimos es seleccionar a militantes de la palabra (como me gusta llamarlos) que actuaron en distintas épocas desde 1960 hasta la actualidad. Se seleccionaron de su obra algunos poemas representativos, y me tocó realizar un estudio histórico introductorio, para poder ubicar a estos escritores en su contexto.

La historia literaria del Conurbano es muy rica, muchas veces olvidada. Fabián, mi amigo, se encargó de realizar un análisis crítico, y le pedimos a Luisa Futoransky (reconocida poeta que actualmente vive en París) que escribiera el prólogo. La editorial elegida para el proyecto fue Leviatán, fundada por Gregorio Schvartz (fundador de las librerías Fausto), y que se dedicaba a la edición de libros de poesía.

El libro iba a salir en la colección “Poesía Mayor”. Nos parecía extraño formar parte de esa categoría. Compartiríamos espacio con el canon literario y no nos cerraba. Irónicamente nos dijimos: lo nuestro es “alta poesía”. Y ahí, jugando con las palabras, salió la idea de poner Alto Guiso, frase popularizada en el hincha de fútbol del club Lanús.

– El libro es usado académicamente tanto en nuestro país como en Estados Unidos. ¿Cómo se le explica a alguien que no es de nuestro país lo que significa “alto guiso” y lo que representa en las culturas populares?

El libro se usó en California (EEUU) en las clases de español y fue presentado en un Congreso en Sarajevo (en Bosnia, en 2018). No sólo pasó con el título. Cuando el narrador popular Pedro Chappa habla de un “carro” en uno de sus poemas, los alumnos extranjeros se imaginaban un carruaje. El profesor tuvo que “googlear” y mostrar una foto de un carro cartonero para que pudieran entender a qué se refería el escritor. Por eso va más allá del título.

Creo que toda obra artística debe ser analizada con su contexto y poder establecer relaciones y similitudes. En los suburbios de California hay otros guisos y otros carros, quizás diferentes pero muy similares a su vez.  Yo creo que las estructuras hegemónicas que hacen que existan conurbanos, acá, allá, en cualquier parte, conforman procesos similares. Que se nutren de elementos autóctonos eso sí, pero en el fondo, son lo mismo. Los poetas del Conurbano escriben desde ese lugar, y más allá de las cuestiones estéticas, localistas, etc., los temas siguen siendo universales.

– Sos profesor, escritor y cineasta. ¿Con qué faceta te llevás mejor?

Doy clases, escribo y cuando puedo filmo. Las etiquetas son… muy grandilocuentes. Me llevo mejor con las tres, aunque estoy dejando de filmar. En los dos colectivos audiovisuales en los que participo (Matanza Cultural y Matanza Arde) estamos apoyando a nuevos realizadores, así que estoy dando un paso al costado, y capaz me estoy dedicando más a la producción. Hoy día hay muchos jóvenes que están filmando en el Conurbano. Y en los barrios más raperos se están produciendo un número de videoclips para redes sociales en una cantidad y calidad impresionante. 

Doy clases, escribo y cuando puedo filmo. Las etiquetas son… muy grandilocuentes. Me llevo mejor con las tres, aunque estoy dejando de filmar. En los dos colectivos audiovisuales en los que participo (Matanza Cultural y Matanza Arde) estamos apoyando a nuevos realizadores, así que estoy dando un paso al costado, y capaz me estoy dedicando más a la producción. Hoy día hay muchos jóvenes que están filmando en el Conurbano. Y en los barrios más raperos se están produciendo un número de videoclips para redes sociales en una cantidad y calidad impresionante.

Martín Biaggini es Técnico Superior en Dirección de Cine (ESC), Profesor en Historia (ISSJ), Licenciado en la Enseñanza de las Artes Combinadas (UNLA), Diplomado en Educación Superior (UBA/CLACSO), Especialista en Educación, Lenguajes y Medios (UNSaM), Maestrando en Educación y Medios (UNSaM), Doctorando en Ciencias Sociales (IDES/UNGS). Forma parte de los colectivos audiovisuales TV Matanza Cultural Coop. Ltda. y Matanza Arde, en los cuales se desempeña como realizador. Como docente, además de numerosos cursos y seminarios en entidades estatales y privadas se desempeñó como profesor en la Universidad Nacional de la Matanza, la Universidad de Belgrano y actualmente es profesor en la Universidad Nacional Arturo Jauretche y la Universidad Nacional de Lanús. Coordina el Área de Estética en el Programa de Estudios de la Cultura (UNAJ), es coordinador general de las Jornadas Internacionales de Arte, Cultura y Política (PEC) que se realizan anualmente desde 2015.