El gobernador espera aprobar el Presupuesto, principal hoja de ruta no sólo de su gestión, sino también de su campaña por la reelección. La negociación con la oposición, el rol de Insaurralde y los números en ambas Cámaras.

Por Pablo Lapuente*

 

 

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, envió a fines de octubre su Presupuesto a la Legislatura, que prevé gastos por 6,9 billones de pesos, buena parte de ellos centrados en la obra pública, que representan el doble de la previsión respecto al 2022. Aun así, la oposición le exigió en la última semana un Fondo de Infraestructura extra por 50 mil millones de pesos y un Fondo de Seguridad por 32 mil millones de pesos, ambos parte de una negociación ajustada para darle los votos en ambas Cámaras legislativas. Más allá de la letra chica del proyecto – que todo indica se aprobará sin demasiados debates tal como sucedió el año pasado, a contramano de su correlato nacional -, el mandatario utilizará esta hoja de ruta como la principal plataforma electoral en 2023.

Las negociaciones entre el oficialismo y la oposición mantienen un curso perezoso, aunque constante. La semana pasada una comitiva de legisladores encabezados por el presidente de la Cámara baja, Federico Otermín, y el jefe de la bancada del Frente de Todos, César Valicenti, además de la vicegobernadora Verónica Magario y el jefe de Gabinete Martín Insaurralde, principal portavoz de los intereses de la gobernación, se reunieron con distintos representantes de Juntos, que pretenden separar de los casi 7 billones de pesos, unos 82 mil millones para ser repartidos entre los 135 distritos. Si bien estarán destinados a mejorar la infraestructura y la seguridad a ambos lados de la grieta, serán también decisivos para los jefes y jefas comunales en un año en el que muchos de ellos también buscarán un nuevo mandato. De ahí que se espera una reunión en los próximos días para cerrar el acuerdo.

Durante la presentación oficial, ante legisladores y legisladoras en el Anexo de la Cámara baja, el ministro de Hacienda provincial, Pablo López, había asegurado que «el eje está puesto en la producción y empleo ($14.000 millones), la promoción social ($280.000 millones); y la infraestructura ($550.000 millones, un 8% del presupuesto)».

También, el funcionario de Kicillof había destacado que en salud la inversión será de $162.000 millones; educación y cultura, $1,827 millones; seguridad, $62.000 millones; la perspectiva de género, casi $129.000 millones, y la ambiental, casi $12.000 millones. Uno de los puntos sobresalientes fue el de educación, más si se tiene en cuenta la continuidad de la inversión de este año, que llevaron a la administración bonaerense a inaugurar a principios de septiembre la escuela número 100 de su gestión.

«Este proyecto de Presupuesto 2023 profundiza las políticas necesarias para avanzar hacia un desarrollo con inclusión en la Provincia. En ese sentido, incrementamos la inversión de capital sostenidamente entre 2020 y 2022, y proyectamos cerrar el año 2022 con un crecimiento real de 45,4%, lo que permitió situar los niveles de inversión un 80% más alto que en 2019», señaló el titular de Hacienda en aquel acto en Berazategui.

A los 50 mil millones de pesos para obras y 32 mil millones para seguridad, los intendentes de Propuesta Republicana (PRO), representados en la negociación por Julio Garro de La Plata, se le suma un pedido para que el primer desembolso se haga en el primer semestre del 2023, para evitar así que la inflación licúe esos recursos, tal como aseguran que sucedió con los últimos giros.

Además de Garro, por Juntos suelen participar de las reuniones con Insaurralde, Miguel Fernández, intendente de Trenque Lauquen por la Unión Cívica Radical; Maximiliano Abad, el presidente del bloque en diputados y jefe del radicalismo bonaerense; Andrés de Leo, senador provincial y hombre de confianza de Elisa Carrió; Adrián Urreli, diputado amarillo que trabaja junto al alcalde Néstor Grindetti; y Alex Campbell, también diputado que asiste en representación de los sectores alineados a Cristian Ritondo.

Kicillof necesita sí o sí del respaldo de Juntos, ya que los números de la primera minoría que mantiene no le alcanzan para aprobar el Presupuesto, y tampoco con los votos de los pocos aliados opositores.

La Cámara baja está conformada por 92 bancas: 42 de ellas le pertenecen al oficialismo; 41 a los distintos partidos que conforman la alianza Juntos; dos a Espacio Abierto Juntos, un bloque poco relevante que se desprendió de Cambiemos y responde al intendente Gustavo Posse; otros dos a Avanza Libertad, que divide su relación política entre Javier Milei y José Luis Espert; uno para La Libertad Avanza, también de alineación ultraliberal; uno también de la Izquierda Socialista y otro del Partido Obrero, que funcionan casi como un mismo espacio dentro del Frente de Izquierda; uno de 17 de Noviembre, que pertenece al vecinalismo y, el último, uno de Unidad para la Victoria, después de que Débora Indarte rompiera el bloque del Frente de Todos.

De ese total, el oficialismo necesita las dos terceras partes para aprobar el proyecto, que luego debe pasar a la Cámara alta, donde la composición de los partidos en el recinto también lo obliga a negociar con Juntos. Es que de los 46 lugares que hay, 23 pertenecen al Frente de Todos y los 23 restantes a Juntos. Acá el número es determinante porque es la oposición la que decide si hay quórum, o no, para dar tratamiento a las distintas iniciativas, pero es el oficialismo el que puede desempatar con el voto de la presidenta del Senado, Magario.

Más allá de esto, según pudo saber Cordón, en el peronismo se mostraron confiados en aprobar el proyecto, mientras que desde la oposición destacaron la “voluntad de diálogo” de Insaurralde.

La aceleración de la gestión de Kicillof a través del plan 6×6 del que dio cuenta este medio, y que hace referencia a los seis años que necesita para reconstruir los cuatro años de gestión de Cambiemos, más dos de la pandemia, sumado a las recorridas por la provincia, son las dos principales variables en su campaña. Con el clamor cada vez más amplio para que Cristina Fernández se presente como candidata a presidenta, se da por descartado que el gobernador intentará ir por su reelección, mientras que se espera que muchos de los intendentes que hoy conforman el gabinete bonaerense regresen a cuidar sus distritos en próximo año, de ahí que también se muestran interesados en que el Presupuesto se apruebe con fondos directos.


Pablo Lapuente es redactor acreditado en la Legislatura de la provincia Buenos Aires. Licenciado en Periodismo (UNLZ), productor en radio y televisión. Trabajó en medios de comunicación bonaerenses y nacionales.