El gobernador logró aprobar su Presupuesto antes de lo previsto y lanzará su campaña de verano con la gestión como caballo de batalla. Reelección, intendentes insaurraldistas y oponentes fortalecidos por la crisis económica.

Por Pablo Lapuente*

 

 

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, cerró sus tres años de gobierno fiel al estilo con el que llegó al sillón Dardo Rocha de La Plata: se alejó todo lo que pudo de los café de la rosca política y se concentró casi por completo en la gestión, sobre todo en el plan de infraestructura en los municipios, eso sin dejar de ser uno de los principales críticos de su antecesora en el cargo, María Eugenia Vidal, a quien recuerda cada vez que puede al hablar de la pesada deuda que heredó en numerosas áreas.

De ahí que, junto a sus ministros y ministras, haya decidido destacar hacia fin de año las obras en materia educativa. Una de las últimas relevantes que encabezó fue en el acto de inauguración del edificio del Jardín de Infantes N°905 «Verónica Leticia Delamer», en el municipio de Exaltación de la Cruz. Tomó dimensión porque fue en el marco del programa Escuelas a la Obra, que está próximo a cumplir 130 nuevos edificios en distintos puntos de la provincia, el doble de los alcanzados en cuatro años por la administración Cambiemos.

Según pudo saber Cordón, de cara al próximo año, el mandatario provincial seguirá con la misma tónica, más si se tiene en cuenta que ambas Cámaras de la Legislatura bonaerense aprobaron la semana pasada el Presupuesto 2023 y la Ley Fiscal e Impositiva para el próximo año, que contempla gastos por $6,9 billones.

Además de eso, las encrucijadas de último minuto con la oposición antes de la sanción definitiva lograron encontrar una buena salida después de que se acordara la inclusión en el Presupuesto de $57.500 millones para destinar a una suerte de nuevo Fondo de Infraestructura Municipal y al Fondo de Seguridad, además de otros $2.500 millones por las pérdidas por inflación del presente periodo y otros $1.500 para suplir las pérdidas que generó el nuevo Coeficiente Único de Distribución (CUD), que se utiliza para calcular el reparto de fondos automáticos para los municipios.

El oficialismo también cedió en otro punto que hizo que, finalmente, los legisladores y legisladoras levantaran sus manos en el recinto. Es que el Ejecutivo quería crear cerca de siete mil nuevos cargos para el Servicio Penitenciario Bonaerense, en el marco del plan de obras inédito de cárceles y alcaidías que completarán unas 12 mil nuevas plazas penitenciarias.

De ese número total de cargos, consensuaron uno mucho menor, cercano a los dos mil quinientos nuevos cargos y, eventualmente, sumar otros a medida que avance la construcción de los establecimientos que se ubicarán en Almirante Brown, Berazategui, Lomas de Zamora, La Matanza, Melchor Romero y Escobar.

Además, el peronismo y el macrismo consensuaron introducir a último momento topes en algunas escalas de impuestos. De esta forma, el proyecto de Ley Impositiva prevé la reducción en términos reales en los impuestos patrimoniales para el 90% de los contribuyentes, al establecer para el 2023 topes inferiores al 60% anual.

En el caso del Impuesto Inmobiliario, en rasgos generales, tanto Rural como Urbano tendrán incrementos inferiores al 60%, mientras que para el Impuesto Automotor se estableció un tope del 40%.

A su vez, en Ingresos Brutos se mantiene el universo de pequeñas y medianas empresas beneficiadas por la alícuota diferenciada, a través del incremento del 95% del monto máximo de facturación. Además, de un ajuste del 95% de los tramos de valuación del tributo que pagan las embarcaciones deportivas.

Pese a tener resuelto el apartado gestión, y ser el que mejor mide en las encuestas, incluso de sus detractores de Juntos, hay un grupo de intendentes relevantes del Partido Justicialista que insiste en que uno de ellos debería encabezar la boleta en 2023. El pedido no es nuevo, de hecho viene desde 2019, antes de que Cristina Fernández designara a Kicillof en ese lugar, pero tomó nueva dimensión después de que la vicepresidenta se autoexcluyera de la contienda electoral el próximo año.

Este sector de jefes y jefas territoriales, sobre todo del conurbano bonaerense, tienen como principal dirigente al jefe de Gabinete de la provincia e intendente de Lomas de Zamora en uso de licencia, Martín Insaurralde, que en los últimos años también supo construir una estable relación política con el diputado nacional Máximo Kirchner y el ministro del Interior, Eduardo De Pedro. El lugar que buscan que ocupe el gobernador está en la boleta nacional, pero no necesariamente la presidencial.

De hecho, Kirchner, De Pedro e Insaurralde cerraron el año juntos en un acto en la Quinta de San Vicente, donde descansan los restos de Juan Domingo Perón, junto a intendentas y funcionarios de gran peso electoral como Mayra Mendoza, Leonardo Nardini, Karina Menéndez o Lucas Ghi. En la sugestiva fotografía conjunta dieron señales de unidad de cara a los próximos comicios e, incluso, según pudo saber este medio, el jefe de Gabinete bonaerense sostuvo que si De Pedro decide presentarse como candidato a presidente en 2023 lo van a respaldar en todos los territorios que controlan. La iniciativa fue ovacionada por los cerca de dos mil militantes que se congregaron a puertas cerradas.

Más allá de eso, está claro que muchos otros líderes territoriales quieren ver a Kicillof cuatro años más en la Gobernación bonaerense, pero todo indica que decidirá, como es habitual en el esquema peronista, Cristina. El nombre que emerja en el cierre de listas deberá enfrentar en última instancia a los retadores del partido amarillo. Envalentonados por la crisis nacional, y el desgaste del gobierno de Alberto Fernández, y no tanto por méritos propios en sus plataformas de gobierno, sobresalen hasta ahora dos nombres: el del presidente del bloque PRO en la Cámara de Diputados de la Nación, Cristian Ritondo, que responde al proyecto bonaerense de Mauricio Macri, y el diputado Diego Santilli, que es la mejor expresión de Horacio Rodríguez Larreta en la provincia.


Pablo Lapuente es redactor acreditado en la Legislatura de la provincia Buenos Aires. Licenciado en Periodismo (UNLZ), productor en radio y televisión. Trabajó en medios de comunicación bonaerenses y nacionales.