¿Qué pasa con la salud mental de las personas privadas de la libertad? Con este tema como eje central de discusión y reflexión, la Comisión de Asuntos Penitenciarios del Centro de Estudios Judiciales (CEJ) de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, junto a las Facultades de Derecho y Ciencias Sociales, organizaron el año pasado las Jornadas de Salud Mental en Contextos de Encierro para poner en el centro de la conversación una cuestión crucial, pero frecuentemente ignorada.
El objetivo fue debatir -para poder comprender- cómo influyen en la salud psicológica y emocional de las personas privadas de su libertad las condiciones de violencia estructural, aislamiento y hacinamiento, que son factores cotidianos en esos contextos, y a partir de eso pensar alternativas para su abordaje.
Los intercambios se dividieron en cuatro ejes temáticos (salud en contexto de encierro, salud mental en el sistema penal, consumos problemáticos en contextos de encierro y salud mental en mujeres privadas de su libertad), que contaron con distintos disertantes y un espacio para consultas y reflexiones por parte del público.
Con el objetivo de difundir y profundizar el debate en torno a estas problemáticas, las ponencias y las discusiones fueron recogidas en la publicación de un compendio, que está destinado a convertirse en una herramienta de consulta para estudiantes, profesionales y la comunidad en general. “Esta publicación representa no sólo una sistematización rigurosa de las jornadas académicas realizadas, sino también un aporte fundamental para visibilizar y abordar de forma crítica las múltiples vulneraciones que atraviesan a las personas privadas de libertad en relación a su salud mental”, señala Roberto Conti, vicedirector del CEJ, en diálogo con Cordón.
Para el juez y docente universitario, es clave “poner en circulación saberes construidos desde la experiencia, el trabajo territorial, el conocimiento técnico y el compromiso ético” porque eso “permite ampliar el horizonte de comprensión de esta problemática tan silenciada, y al mismo tiempo, generar herramientas para la acción”.
“Su lectura invita no solo a entender, sino a transformar, prácticas institucionales muchas veces naturalizadas, promoviendo una perspectiva de derechos humanos. El trabajo colectivo de la comisión y de cada persona que aportó su saber y su experiencia reafirma la misión del CEJ de formar y reflexionar con sentido crítico, para una justicia más humana, inclusiva y transformadora”, resume Conti.
Podés acceder a la publicación completa ingresando acá
Compiladores: Aimé Silva, Clarisa Castro, Daniela Arballo, Florencia Ruiz, Micaela Gugliara, Sofía Trombetta y Valentín López de Armentía.
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