Cervecerías de moda, vermuterías cancheras, algo rico de comer y hasta tragos de autor. Cruzando la General Paz, se consiguen diferentes ofertas de coctelería que no tienen nada que envidiarle a CABA. En esta nota, una porteña hecha y derecha lista sus recomendaciones clave para disfrutar de la noche bonaerense.

 

Por Juanita Groisman

 

Cada vez es más difícil salir a tomar algo. Las consignas, reglas y tradiciones se complejizan, el código de vestimenta va perdiendo consenso, la oferta gastronómica roza lo delirante. En esta nota, intentaremos analizar cuatro tipos de locales para salir a probar distintas variantes con alcohol y, ya que estamos, recomendaremos algunas buenas opciones para armar planes dentro del Conurbano bonaerense.

 

Los ya clásicos cerveceros

El primer tipo de local que analizaremos son las famosas cervecerías artesanales. Un fenómeno que, en rigor, comenzó en Mar del Plata de la mano de la famosa cadena Antares. Cobró relevancia extrema en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y se fue expandiendo hacia el Conurbano, donde ya son parte del paisaje.

Se trata de locales predilectos para una primera, segunda o tercera cita, un encuentro con amigos o un festejo de cumpleaños. La música en general está tan alta que es difícil escuchar al resto de los presentes, lo cual en muchos casos suele ser una ventaja, y las opciones gastronómicas son accesibles para todos los bolsillos.

El código de vestimenta es sencillo, aunque nunca falta la desubicada que llega en taco aguja y vestido de fiesta. En general, se opta por ropa cómoda que aguante ser ensuciada por cheddar de dudosa calidad y zapatos que soporten chocar constantemente con banquetas.

Hay que tomar cerveza. Sólo se permite elegir otra bebida si se es intolerante al gluten. Aquel que pida un trago se encomienda a los dioses vengativos de la coctelería, que posiblemente le entreguen un gin tonic ácido o un daikiri con gusto a resaca. Para la comida, tampoco es el lugar ideal para hacerse el osado. Hamburguesas, papas fritas, quizás alguna otra fritura. No esperen calidad, sólo la cantidad justa de grasa para no emborracharse demasiado rápido.

En el Conurbano hay varias cervecerías artesanales destacadas. Hormiga Negra es una de las cadenas más conocidas, con locales en Lanús, Caseros, Olivos y San Miguel. No toman reservas, así que no es una opción ideal para caer un viernes 22.30 sin plan B a mano, pero es una buena oportunidad para probar diferentes tipos de cervezas y aprender algo sobre la bebida espirituosa. Un detalle no menor es que los precios no son desorbitantes.

Guten Bier - Lomitas

Guten Bier – Lomitas

Guten Bier, en Lomas de Zamora, es una opción muy comentada. Se trata de una fábrica de cerveza que tiene pocos locales a la calle y mucha venta mayorista, la opción que eligieron los que querían dedicarse a la birra sin tener que interactuar con tantos borrachos. Un dato interesante es que está ubicada en la zona de Las Lomitas, por lo que si se llega muy sobre la hora y está muy lleno, hay otras opciones alrededor. Eso sí, es difícil encontrar una que ofrezca mejor relación precio-calidad.

Hablar de zona norte siempre es complicado en estos recorridos conurbanenses. Es que si bien los límites geográficos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires son bastante fijos, no ocurre lo mismo con los límites culturales. Cruzar Puente Saavedra no alcanza para alejarse lo suficiente de la influencia porteña en la gastronomía, y mucho menos en la coctelería. Sin embargo, Bucaré, un bar ubicado en Florida a pocas cuadras de Maipú y de Panamericana, es un digno integrante de este listado. Recomiendan ir temprano (un tip que sirve, en general, para todo) y aprovechar para probar cervezas no tan usuales. Un detalle clave es que también se puede comprar birra artesanal por litro, una costumbre que existió durante un tiempo y está en franca desaparición.

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que no deja de ser un local ubicado a pocos kilómetros de San Isidro y de Belgrano. ¿Qué significa esto? Dos cosas: que los precios no son tan amigables con el bolsillo y que es mejor ir en camisa y zapatos. Dos detalles fundamentales antes de planear la salida.

 

El regreso triunfal del vermut

Las cervecerías fueron furor años atrás y ya se instalaron como una opción más dentro de la variedad gastronómica argentina. Muchos pensaron que iban a ir desapareciendo, como pasó con otras opciones a principios de los 2000, pero lo cierto es que parecen haber llegado para quedarse. Sin embargo, en el último año empezó a crecer otra tendencia. Distinta, algunos dirían que más gourmet. Se trata de las vermuterías, un fenómeno de impronta porteña que, de a poco, va cruzando la General Paz.

Sí, el vermut está de moda. Esto trae algunos problemas, sobre todo ortográficos (¿se dice vermut o vermouth?), y muchas soluciones. Se acabó el flagelo de aquellos que sufren la hinchazón estomacal después de la cerveza, se le puso punto final a las preocupaciones vinculadas a la temperatura de la bebida. La llegada del vermut al mainstream coctelero es algo para festejar.

En el Conurbano se destacan dos opciones en el rubro: una en zona sur y otra en el oeste. El Almacén Bar, en Florencio Varela, y Chavo’s en Hurlingham. El primero plantea una propuesta más simple: un bar de picadas que ofrece buena variedad de tragos; el segundo merece sin dudas un párrafo aparte.

Chavo’s está ubicado a una cuadra de la plaza de Hurlingham y a pasitos del centro gastronómico de la zona. Es un local pequeño, con muebles de madera en el interior y de plástico en el exterior, y es ideal para ir a compartir un momento con amigos. Platitos para compartir, una tendencia que crece a la par que el vermut, y una oferta coctelera que no ahoga. Dicen los que saben que entre más chica la carta, mejor la comida, y Chavo’s no parecería ser la excepción. Los visitantes frecuentes destacan tres aspectos clave: la buena atención, que la comida tiene gusto “casero” y el precio. Más no se puede pedir.

El Almacén bar - Florencio Varela

El Almacén bar – Florencio Varela

Opciones para maridar (y no pasarla mal)

En estos recorridos siempre intentamos trabajar con la mayor objetividad posible, pero es momento de hacer una pequeña excepción. Es que esta tercera sección estará dedicada a algo que para esta redactora es fundamental, pero posiblemente no sea así para el resto: la comida.

Sí, el título de la nota es “Coctelería en el Conurbano”, estamos hablando de lugares para ir a tomar bebidas alcohólicas. Pero, ¿acaso tiene sentido siquiera salir de casa si no vamos a comer algo? ¿Por qué dejaríamos de lado un tema tan importante como qué comer mientras nos emborrachamos? Les pido disculpas de antemano y paso a recomendarles tres lugares que, además de ofrecer buenos tragos, tienen un menú más que digno para cenar.

La primera parada es en Burzako, en Temperley. Un clásico de zona sur que cuenta con una cava muy amplia, así que es una buena opción para los fanáticos del vino. ¿Qué pedir? El salmón con arroz azafranado, la tabla de mar y las croquetas. Si hay lugar para el postre, es imperdible la crema catalana.

Burzako - Temperley

Burzako – Temperley

Yendo para el oeste nos encontramos con Nueve7, en Ramos Mejía. Una opción no tan familiar. A diferencia de Burzako, no es una buena idea ir ahí para festejar el cumpleaños de la tía abuela de 70 años. Buenas cervezas, tragos dignos (¡más de lo que se encuentra en la mayoría de los bares!) y una oferta gastronómica que, si bien no es nada original, es casi perfecta. Si creés que ya probaste más papas fritas con cheddar de las que debería comer un humano en su vida, las de Nueve7 te van a hacer cambiar de opinión. También ofrecen pizzas, hamburguesas y, obviamente, cerveza artesanal.

La tercera opción es Mr. Brown, en Adrogué. Está ubicado a pocas cuadras del centro y tiene muchísimo espacio al aire libre, ideal para tiempos pandémicos. Sirve tanto para un cumpleaños familiar (quizás no el de la tía de 70… pero casi) o una salida con amigos. Aunque ofrecen hamburguesas, el fuerte son las tablas de picada, con frituras diversas. Lo light lo dejamos para la próxima.

Con sello propio

Llegamos al final de nuestro recorrido. Nos queda una sola sección, muy polémica. Se trata de los (a veces mal llamados) tragos de autor. Es difícil definir este término, así que intentaremos encontrar algún punto en común. En esta sección, recomendaremos tres bares que se destacan principalmente por la variedad y calidad de su carta coctelera. Originalidad, creatividad e innovación serán más que bienvenidas. Una sola advertencia: los tres se encuentran en la zona norte del Conurbano, ergo su precio puede llegar a ser elevado. Pero no teman, ninguno se acerca a los irrisorios precios que se llegan a pagar dentro de los límites de CABA.

La primera parada es Otero Bar en el bajo de San Isidro. Los platos son buenos, pero el fuerte son los tragos. Hasta la limonada sin alcohol es deliciosa. Hay algunas opciones que se salen de lo común: tragos con Baileys que parecen un postre, caipirinhas con Jägermeister y hasta negronis que, sin ser los mejores, se defienden bastante bien.

Nos acercamos un poco al centro con dos bares ubicados en Olivos: Korova y Emily Daniels.

El primero es un clásico. Considerado por muchos como uno de los mejores bares de Buenos Aires, tiene una carta distinta que, sin dudas, se destaca por sobre el resto. Tiene un punto a favor muy clave: ubicado a media cuadra de Maipú, es muy fácil encontrar un taxi a la salida y los colectivos tampoco tardan en llegar. Se puede evitar fácilmente ir en auto.

¿Qué pedir en Korova? Todo es la recomendación más honesta, pero no la más saludable. Así que elegimos los más destacados: el sake con té de jazmín, el White Russian, el Gin Smash que viene con todo lo que debería tener un gin y un poco más, distintas opciones de old fashioned y el famoso Pink Gorrion. Este último es dulce y de color rosa, lo que en general significa que hay que tomarlo con discreción.

Emily Daniels, por otro lado, está ubicado aún más cerca de la General Paz, así que es una buena opción para ir en auto desde otras áreas del Conurbano que tengan cerca la famosa avenida. No es un bar oculto como Korova, sino un gran local con muchas mesas y música alta, así que tener una charla íntima quizás no sea la mejor opción. El menú es enorme y si bien no se destaca por su comida, este lugar siempre tiene algo para ofrecer al visitante hambriento. Los tragos son coloridos y grandes, suele haber promociones y no ahorran en buenos licores. De toda la carta, recomendamos probar el Zombie Skull (aunque sea para divertirse con su curiosa presentación), el Budda Brown hecho a base de bourbon y el Water Ball con gin ¡con gusto a chicle! La caipi Grand Daniels, que viene con gomitas en forma de ositos, es también una buena alternativa si se ponen curiosos.

Korova

Korova

Y así llegamos al final de nuestro recorrido. Recomendaciones no faltaron, aunque seguramente nos quedaron muchas opciones afuera. Pero como la cerveza con maní, eso ya es un clásico de nuestros paseos. El Conurbano es un mundo grande y toma tiempo recorrerlo por completo… ¡esta vez lo hicimos con un trago en mano!


Juana Groisman es periodista, estudia Psicología y pasa varias horas al día exponiendo sus pensamientos en Twitter. Escribió para sitios como La Agenda y Revista Kunst, además de ser redactora en Pronto. Nació en 1996, tiene algunos recuerdos del menemismo y abolló una flanera durante los cacerolazos del 2001. Vivió toda su vida en la Ciudad de Buenos Aires, le gusta cocinar aunque no siempre tiene éxito y su hobbie es mirar por la ventana para espiar a sus vecinos.