Cristina, Massa y los nuevos roles del poder

Por Gabriela Granata*

 

El primer día del ministro-candidato Sergio Massa comenzó como su equipo lo planeó. Gestión, acuerdos, fotos, firmas, declaraciones de un futuro ordenado y venturoso. Y terminó con una gira envolvente al corazón del kirchnerismo.

Cristina Kirchner reivindicó su derecho a ejercer la jefatura política de Unión por la Patria y dejó en claro que en el universo de la campaña que empieza son todos bienvenidos: críticos, conversos, los que pidieron perdón, los que ayudaron a la unidad, los que dudaron y eligieron; una suerte de diagrama de Venn donde los círculos son distintos pero tienen intersecciones de elementos comunes. Pero aplicó también poder cancelación: no habrá espacio allí para el presidente Alberto Fernández.

 

Digale sí a Sergio

Cristina dio una extensa explicación respecto de cómo se gestó el acuerdo para la fórmula Sergio Massa-Agustín Rossi, en favor de la unidad y con los matices críticos hacia la obstinación, la “necedad” de impulsar una elección primaria que le adjudicó a Alberto. La literatura de la rosca política puede aclarar si la presión para declinar la candidatura del ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, el elegido de Cristina, fue por presión de los gobernadores, de Sergio Massa o de los números de las encuestas. Pero ya saldada la dupla que competirá, se plantean interrogantes en corto plazo.

 

 

Qué rol tendrá Cristina en la campaña. El lunes posterior a la presentación de candidaturas, la vicepresidenta marcó el territorio ideológico y el condicionamiento político. La ex ESMA es el más explícito escenario de la conversión del horror en memoria, sello de la gestión kirchnerista. En el discurso planteó también que si había que establecer internamente un debate ideológico, sin duda el candidato era Wado. Pero que en favor de la unidad, el candidato finalmente será Sergio. El corazón y el cerebro.

Pero esa cesión de derecho a la candidatura no es gratuita. Y se encargó de marcarlo con cuadros para graficar la situación económica y las cuentas pendientes del Ministerio de Economía que conduce el ahora candidato desde hace un año. Ya nadie puede fingir una distracción sobre lo que sucede en el Palacio de Hacienda.

 

Gira al corazón del kirchnerismo, parte II

La dosis de kirchnerismo (Cristina) tuvo un refuerzo más tarde con otra dosis kirchnerista (Máximo) en Lomas de Zamora para la presentación de candidatos locales. Allí otra vez, Wado fue protagonista y aplaudido de pie cuando Martín Insaurralde lo presentó junto al equipo político bonaerense que contó con Axel Kicillof y Máximo Kirchner, los varones de la provincia. Cristina ya había anticipado ese paso cuando avisó que Máximo estaba en Lomas de Zamora y hacia allí partieron los elegidos.

 

Desde que Cristina Kirchner dejó la presidencia de la Nación existe una marcada tendencia a que el periodismo se convierta en exégeta de sus palabras. Pero es interesante también analizar sus acciones.

El escenario de unidad con disidencia parcial que tiene planteado Unión por Todos deja en evidencia, otra vez, que con Cristina no alcanza pero abre el interrogante: sin Cristina, ¿no se puede?

Como en 2015, Cristina no será candidata a nada. Ese año, el Frente para la Victoria perdió las elecciones presidenciales y para la gobernación de la provincia de Buenos Aires, en el apogeo de Juntos por el Cambio con Mauricio Macri y María Eugenia Vidal.

En el primer día del ministro candidato la aparición de Cristina en el escenario plantea que hay un  cheque extendido,  pero que no es en blanco. Y que si Sergio Massa opta por una campaña que no se ajuste a la “Unión” y el “Patria”, hay argumentos para discutir.  Y que, en tres de los escenarios posibles: a) ganar la presidencia y la provincia b) ganar la provincia pero no la presidencia c) perder en los dos territorios, el kirchnerismo organizado estará para cubrirlo, rodearlo, cuestionarlo o cualquiera de las acepciones de “envolver” que prevé la Real Academia Española o que la estrategia política pueda inventar.


Gabriela Granata es Licenciada en Periodismo de la Universidad de Lomas de Zamora y cursa una Maestría en Comunicación Digital e Interactiva en la Universidad de Rosario. Es docente de las materias de Taller de Redacción Periodística (UNLZ) y de Periodismo Político, Introducción al Periodismo y Prácticas profesionales en las Universidades Católica Argentina (UCA) y de Belgrano (UB). Realizó cursos de posgrado en Comunicación Política en Flacso.

Se desempeñó como redactora y editora en agencias de noticias NA y Télam, en el diario Crítica, dirigió la revista de actualidad Veintitrés, y actualmente es la directora Periodística del diario especializado en economía  BAE Negocios baenegocios.com