Un fragmento del libro que lanzó el ex Presidente Mauricio Macri impulsó este breve recorrido por algunos de los puntos más interesantes de la zona metropolitana de la Provincia para demostrar que hay mucho por conocer en su amplio territorio. Con su mirada de “porteña hecha y derecha”, la autora nos lleva en un tour que avanza a contramano de los prejuicios.

Por Juana Groisman

Semanas atrás, uno de los temas del momento fue la publicación del libro Primer tiempo, del ex Presidente Mauricio Macri. Así como había ocurrido con Sinceramente, su equivalente kirchnerista, diferentes fragmentos se fueron filtrando en las redes sociales: algún comentario gracioso, alguna indiscreción sobre un compañero de partido, alguna reflexión interesante. Pero una de las declaraciones del ex presidente de Boca que más llamó la atención estaba vinculada al Conurbano bonaerense.

“En el Conurbano no hay turismo, no hay generación de energía, el desarrollo de la economía del conocimiento aún es bajo. Y el Conurbano no cuenta con la gran locomotora del campo, afirma Macri en una parte de su libro para hablar de las razones que, desde su perspectiva, explican por qué ese territorio que suele definir elecciones no lo acompañó en su cruzada para renovar mandato en 2019, a raíz del impacto de la crisis económica que se gestó en su gobierno.

Esta autora, desde su humilde lugar, se permite disentir. De generación de energía sé poco; de economía del conocimiento, menos; y del campo, casi nada. Pero algo sé de turismo.

Parada desde el territorio porteño, el objetivo de demostrar que en el Conurbano sí existe el turismo presenta una salida fácil y cómoda: zona norte. Podemos hablar de San Isidro, de las escapadas al Tigre, de alquilar una casa en La Horqueta. Podríamos nombrar el río en Vicente López y sus infinidades de barcitos frente a la ribera. O irnos un poco más lejos y pensar en Luján, en el mercado de Maschwitz, o en Escobar.

Vial Vicente López

Pero salgamos de lo obvio. Animémonos a ir un poquito más al sur y pensemos qué turismo es posible en el Conurbano bonaerense. Este desafío nos exige una pequeña abstracción: transportarnos a un mundo pre o post pandémico, sin restricciones.

Mapa en mano

Ahora sí, con un poco de imaginación, podemos emprender nuestro recorrido. Empezando desde el norte hacia abajo, lo primero que encontramos es un oasis en el medio de Tres de Febrero: Ciudad Jardín. Un barrio tranquilo, con un pequeño centro que ofrece distintas propuestas gastronómicas y muchas casonas para mirar desde afuera. Los vecinos de la zona suelen visitarlo durante los fines de semana, pero seguramente no tendrán problema en recibir algunos porteños.

Si tomamos la ruta 7 y nos alejamos un poco más de la Ciudad de Buenos Aires, nos encontraremos con Moreno y dos propuestas muy distintas. Los fanáticos de la naturaleza podrán visitar el Parque Ecológico y Museo de Historia Natural Francisco Javier Muñiz, uno de los cientos de espacios verdes que hay en el Conurbano bonaerense. Y los que se identifiquen como amigos de la cultura, o enemigos del pasto, podrán recorrer dos museos: el Museo Histórico y Archivo Amancio Alcorta y el Museo del Bandoneón “Mariani”, un lugar ideal para los interesados en la música.

Algo similar nos encontramos bastante más al sur, más precisamente en Lomas de Zamora. Acá nos enfrentamos a un pequeño dilema. Los vecinos de la zona, sobre todo quienes viven en este municipio desde hace muchos años, resienten un poco del boom comercial que tuvo lugar entre las avenidas Hipólito Yrigoyen y Meeks, y las calles Falcón y Loria. Las Lomitas, tal es el nombre con el que bautizaron a este sector, está lleno de locales que mucho se parecen a los principales polos gastronómicos de la Ciudad de Buenos Aires: restaurants de sushi, heladerías carísimas y decenas de cadenas. Un crecimiento que vino aparejado, como suele ocurrir, con demoliciones de construcciones antiguas y un aumento en los costos de vida. La famosa gentrificación.

Acercándonos más a la Universidad de Lomas de Zamora, casi en Llavallol, aparece la reserva Santa Catalina, un verdadero oasis en el medio de zona sur. Es uno de los lugares preferidos para andar en bicicleta y también cuenta con visitas guiadas para el avistamiento de aves. Como es una reserva natural protegida, hay ciertas restricciones para el ingreso que buscan mantener el lugar en el mejor estado posible.

Pero vayamos cerca del río. Es que no sólo Vicente López tiene una costa digna de ser visitada. En la zona sur del Conurbano bonaerense, nos encontramos con tres posibles destinos para quienes disfrutan de estar cerquita del agua. El primero está a la altura de Bernal, muy tranquilo y sin tanta oferta gastronómica o recreativa, y luego aparece el de Quilmes. Acá ya se suman más restaurants, incluyendo una icónica pizzería, y varios clubes de pesca. Finalmente, a la altura de Hudson, nos encontramos con el Wake Park, en el que se pueden practicar varios deportes acuáticos. Aunque este último parecería ser un destino pensado para los habitantes de los countries de la zona, cualquiera que tenga ganas de ir al pasar día sólo tiene que acercarse y pagar la tarifa.

La costa de Quilmes

Yendo un poco más para el oeste, se suma la posibilidad de jugar al golf o andar a caballo en Ranelagh. Si desde ahí agarramos Camino General Belgrano y doblamos a la izquierda en la rotonda de Alpargatas, nos encontramos con el Parque Pereyra, una parada obligada para los amantes de la naturaleza. Y para los que no la disfrutan tanto, también hay varias parrillas.

Desde ahí podríamos seguir bajando y hablar sobre City Bell y su crecimiento gastronómico, el Parque de los Niños o estirarnos hasta La Plata. Pero nos estaríamos metiendo en terrenos complicados: no todos concuerdan en que eso siga siendo el Conurbano.

Entonces, volvamos a subir. Antes, habíamos pasado por Quilmes, pero ahora tomamos un camino distinto y más alejado del río. Si subimos por Hipólito Yrigoyen, nombre que se repite varias veces a lo largo y ancho del AMBA, nos encontraremos en algún momento con el Patio Cervecero, una de las zonas turísticas históricas del sur. Ubicado a pocas cuadras de la planta de Cerveza Quilmes, ofrece decenas de cervecerías que estaban allí mucho antes de que llegasen las IPAS a los bares porteños.

Yendo para el sudoeste, cruzando todo Lomas, podemos llegar a los bosques de Ezeiza, otro gran espacio verde que tiene mucho para ofrecer, incluyendo la laguna de Rocha ubicada a la altura de Esteban Echeverría.

Bosques de Ezeiza

Esta zona se caracteriza por la presencia de varios campings privados a los que se puede ir para pasar un fin de semana al aire libre. Pero ya en La Matanza, también está Campanópolis, una aldea de estilo medieval construida con materiales reciclados a la que se puede acceder con una visita guiada. Suele ser utilizada como escenario en producciones audiovisuales, así que quien lo visite ya sabe que tiene, como mínimo, una linda foto asegurada.

Campanopolis

Quien no sea fanático de la vida al aire libre también puede encontrar entretenimiento en este punto del mapa. Tomando la autopista Ezeiza-Cañuelas llegamos a Canning, una zona en la que hay varios barrios privados y, por ende, una amplia oferta gastronómica. Los dos puntos principales en este sentido son dos shoppings: Las Toscas y el Shopping Plaza.

Si desde ahí tomamos la ruta 58 y después la 16, llegamos a San Vicente, donde a las propuestas del aire libre, con la laguna como la más destacada, se le suma un factor histórico. Es que allí se puede conocer la mítica quinta del Presidente Perón, que cuenta con visitas guiadas.

Hacia el oeste está Marcos Paz, una localidad que se destaca del resto por contar con una reserva paleontológica con más de 900 fósiles, entre los que se incluyen diez mastodontes de alrededor de 30.000 años. Además, se puede visitar el Jardín Botánico Municipal “Florencio Malatesta” y la Reserva Natural “El Durazno”, donde si tenés suerte te podés encontrar con algún ciervo o venado de las pampas.

Cerramos este tour por el Conurbano turístico con dos puntos dignos de ser visitados en el oeste: la torre Eiffel de Ituzaingó, ubicada en la calle Lavalleja casi esquina Santa Rosa, y la panchería Pancho Gigante en Morón, que justamente afirma tener el pancho más largo que se pueda encontrar en territorio bonaerense. Dos hitos que, como mínimo, merecen una visita para sacarse una foto.

Como podrán apreciar, las posibilidades son varias. Y es más que factible que algún lector conurbanense se sienta ofendido porque omití nombrar algún punto turístico de su localidad. No se trata de una guía cerrada sino abierta, cuyo objetivo principal es desmitificar, desde mi humilde lugar porteño, algunos de los prejuicios que circulan sobre los alrededores de la Ciudad de Buenos Aires. Bienvenidas sean todas las recomendaciones que nos lleven por ese camino.


Juana Groisman es periodista, estudia Psicología y pasa varias horas al día exponiendo sus pensamientos en Twitter. Escribió para sitios como La Agenda y Revista Kunst, además de ser redactora en Pronto. Nació en 1996, tiene algunos recuerdos del menemismo y abolló una flanera durante los cacerolazos del 2001. Vivió toda su vida en la Ciudad de Buenos Aires, le gusta cocinar aunque no siempre tiene éxito y su hobbie es mirar por la ventana para espiar a sus vecinos.